Las opciones del Burdeos de regresar la próxima temporada a la Ligue 1 se esfumaron este lunes tras la decisión de la comisión de disciplina de la LFP de dar por perdido al Girondins su partido contra el Rodez, que fue suspendido el 2 de junio tras la agresión de un hincha bordelés a un jugador rival.
Aunque el Girondins ya ha anunciado que recurrirá la sanción, la derrota significa que el Burdeos acaba tercero en el campeonato, a tres puntos del Metz, que por el momento es el equipo que asciende junto a Le Havre.
Burdeos y Metz llegaron a la 38ª y última jornada de la Ligue 1 empatados a puntos, con ligera ventaja del Metz por su mejor diferencia de goles.
El encuentro decisivo entre Burdeos y Rodez, que se jugaba la permanencia, fue suspendido después de que un hincha bordelés agrediese a un jugador rival que acababa de marcar, dejando en el aire el regreso del Girondins a la élite.
En el minuto 23, el centrocampista visitante Lucas Buades marcó el tanto que significaba el 1-0 y al celebrarlo fue agredido por un hincha rival que saltó al terreno de juego.
El árbitro del encuentro decidió que ambos equipos se marchasen a los vestuarios y suspendió el encuentro.
El Burdeos, que pretendía que se volviese a jugar el partido, consideró la sanción “desproporcionada” y anunció que apelará “en el plazo más breve posible” la decisión de las autoridades futbolísticas ante el Comité Nacional Olímpico y del Deporte Francés (CNOSF).
El histórico Burdeos también fue sancionado con la retirada de un punto en la próxima temporada, así como el cierre por cuatro partidos (dos de ellos en sentencia firme) de uno de los fondos de su estadio.
Si acaba confirmándose la victoria del Rodez, sería el Annecy el equipo que descendiese a la tercera división del fútbol francés.