La crisis en el Victoria continúa profundizándose y en las últimas horas Diez confirmó una nueva desbandada dentro del plantel jaibo. Walter “Colocho” Martínez y Wisdom Quayé abandonaron la concentración del equipo luego de recibir reiteradas promesas de pago que, según denunciaron, nunca fueron cumplidas. La situación vuelve a exponer el grave momento institucional que atraviesa el club ceibeño.
Ambos futbolistas tomaron la decisión de marcharse tras semanas de incertidumbre económica y falta de respuestas claras por parte de la dirigencia. Su salida deja al equipo aún más debilitado de cara al compromiso de este miércoles, ya que el cuadro jaibo deberá viajar sin ellos en la madrugada rumbo a Olancho para enfrentar al Juticalpa FC.
La situación ha alcanzado niveles que muchos califican como un hecho sin precedentes en la historia del Victoria. Lo que ocurre actualmente con la institución es catalogado como una calamidad extrema, especialmente considerando el prestigio que el club ha tenido durante décadas como uno de los semilleros más importantes del fútbol hondureño.
A la salida de Martínez y Quayé se suma la partida previa de los mexicanos Javier Delgadillo y Luis Franco, quienes también dejaron el club tras no recibir los pagos acordados. Igualmente, el portero Humberto Acevedo decidió dar un paso al costado, incrementando la lista de bajas en un momento crítico para el conjunto ceibeño.
La seguidilla de abandonos desnuda una problemática profunda que va mucho más allá de lo deportivo. La falta de estabilidad administrativa y el incumplimiento de compromisos contractuales han generado un ambiente insostenible para los jugadores, quienes se ven obligados a tomar decisiones drásticas para proteger su bienestar.
En medio de este panorama sombrío, Victoria deberá presentarse este miércoles a las 5:15 de la tarde en el estadio Juan Ramón Brevé para enfrentar al Juticalpa FC. El desafío deportivo llega en el peor momento posible, con un plantel golpeado y disminuido, y con una afición que observa con preocupación cómo uno de los históricos del fútbol hondureño atraviesa una de sus etapas más oscuras