Liga Nacional

'Cuando me retiré, me dieron la espalda”

Hoy en QUÉ FUE DE... te contamos la vida del 'Gallo' Mariano.

2013-08-21

El día que decidió volver a Travesía, su pueblo en Puerto Cortés, había visto con cierta impotencia las carencias del balompié que allí existían.

Decidió, entonces, comenzar a dirigir una escuela de fútbol juvenil. Quiso retribuir con sabiduría aquellos años cuando él comenzó a jugar.

Miguel Mariano, aquel famoso delantero nacional reconocido por el apodo como el “Gallo”, recién se había retirado de una carrera que le dejó muchas anécdotas, pasajes extraordinarios y también algunos sinsabores.

Se instaló en su tierra, puso un billar y por las tardes se iba a dirigir su escuelita. Dice que hay fruto de lo que él hizo en su pueblo.

Así pasó varios años hasta que un día decidió volver a San Pedro Sula. Las cosas marchaban bien, como él mismo lo dice, pero admite que deseaba cambiar de aires.

“Cuando volví a mi pueblo me dediqué a trabajar con niños. Les servía de guía y siento que fue allí donde desarrollé esa pasión de enseñar, quería ser entrenador”, cuenta Mariano, quien se retiró a sus 36 años, hoy está por arribar a los 40.

Actualmente trabaja y administra su propia escuela de fútbol que lleva su nombre, hay más de cien niños, a parte, por las mañanas brinda clases en una colegio sampedrano.

Una lesión en su columna lo terminó retirando de su pasión. “Eso pasó cuando jugaba en Guatemala con el Heredia”, recuerda.

“Tuve una desviación de disco, jugamos ante los ‘Cremas’, salté con el arquero y cayó encima de mi espalda, fue un dolor terrible, en el viaje de regreso no descansé ni pude dormir, luego iba perdiendo fuerza en los movimientos de la pierna, de la pantorrilla para abajo estaba dormido. Lloré estando solo, me miraba impotente, fue allí donde me destrozaron mi carrera, cuando estaba en buen nivel”, recordó con cierta nostalgia.

Se recuperó, pero no volvió a ser el mismo. “Me di cuenta que ya no podía seguir jugando a alto nivel”, dice.

Jugó en la segunda división con el Social Sol, luego pasó al Gualala, pero es sincero: “Lo que me terminó de retirar fue la falta de pago, ya no estoy para esas condiciones de andar en equipo en equipo y que no te paguen”.

EL REGALO MÁS PRECIADO
Tras su lesión y el retiro del fútbol, Mariano vivió una realidad. “En ese momento creí que tenía muchas amistades, pero cuando iban pasando los días vi que muchos se fueron retirando, me dieron la espalda, pero por allí aparecieron otros tipos de muchachos que fueron compañeros míos, se dieron cuenta de mi problema y me ayudaron, hay que agradecerle a ellos y a Dios por la mano que me dieron”.

Mariano se refiere a que después del fútbol y la fama que tuvo, eso se vino abajo y le ha tocado librar muchas batallas. Pero aún así, logró poner su escuela de fútbol y trabajar en un colegio privado.

Mi vida no era tan desordenada, me gustaba salir después de un partido, el fin de semana, pero no era que andaba de fiesta en fiesta.

Admito que uno cuando ya está jugando en lo que menos piensa es en guardar dinero, ojo, nunca fui vanidoso, pero se piensa en derrochar, andar con amigos y se cree que uno es todo, esa es la peor equivocación que le puede pasar a un futbolista”, confesó.

Por fortuna, dice que cuando se retiró “ya tenía la casa y el carro, pero cuando me lesioné un amigo me pidió el vehículo prestado, me dijo que quería ir a traer una ropa, pero me lo destruyó en un poste, era un Celica, nunca lo mandó a arreglar, quiso ser mi enemigo, pero son cosas materiales y no me aferro a eso”, relató.

Y cuando habla al principio de que aparecieron otros muchachos se refiere a la mano solidaria de Maynor Figueroa y “Pery” Martínez.

“Toda la gente lo sabe. Ellos estaban en la Selección y me hicieron un llamado para que fuera al hotel a visitarlos porque no sabían nada de mí, llegué todo sudado y me preguntaron por qué llegaba así, les conté la situación y me dijeron que me iban a regalar un carro, que no me preocupara porque cuando volvieran a la Selección me lo darían, dicho y hecho, me compraron el carro, incluso me apoyaron en el proyecto de la escuela”.

Un gesto que dejó a “Gallo” Mariano helado. “Tenemos una gran amistad, no por lo que ellos son ahora, sino que me dicen que no se olvidan de mí porque en su debido momento yo era el jefe de ellos en Victoria y con goles respondía por nosotros sin saber lo que ese día haríamos”.

Aclaró que es “un gran gesto, uno se siente tan halagado que a veces no hay ni palabras, las lágrimas se me ruedan cuando me encuentro con ese tipo de amigos, quizá por un consejo o un gesto que hice por ellos, pero repito, no lo hice con esta intención, sino que es un don que Dios me dio de estar ayudando a la gente. En mi escuela, por ejemplo, hay chicos que no tienen capacidad económica y aquí están, no los voy a correr, porque el día que haga eso, estaría preparando un delincuente más en mi país”.

EL PERFIL

Nombre: Miguel Ángel Mariano

Edad: 39 años
Anotó 46 goles en Liga Nacional: 5 con el Platense (1992-93 y 1993-94), luego marcó 18 tantos con Real España, del torneo 1994-95 hasta el de 1998-99; después anotó 22 dianas con el Victoria, del Clausura 2000-2001 hasta el Clausura 2002-2003; y marcó un gol con el Vida en el Clausura 2004-2005.

EN UN MINUTO

¿Cómo es tu día a día?
“Mi vida es tranquila, trabajar de sol a sol, prepararse con estos jóvenes a diario y entrenar”.

¿Tus mejores amigos?
“Si me pongo a mencionarlos y se me va uno por allí, puedo quedar mal”.

¿Su primer sueldo?
“Fueron 500 lempiras hasta terminar ganando 35 mil lempiras”.

ALGO MÁS

SU FAMILIA: “Aprendí a valorarlos aún más después que sufrí la lesión, mi mamá y mis hermanos estuvieron allí siempre a mi lado”.

SUS INICIOS CÓMO FUERON: “Difíciles, porque la mayoría de nosotros no somos preparados o venimos de hogares humildes”.

TU ESCUELA DE FÚTBOL: “Cada día es de puro trabajo, esperando que lleguen los
frutos, de hecho, hay 4 jugadores que van para el Olimpia en enero”.