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Los progreseños instalaron graderías móviles para sentar a los aficionados del Motagua quienes recibieron un buen trato en su segunda final que llegan en los tres años que llegan a primera división. Hasta el momento la policía no reportó incidentes.
Los boletos estuvieron a la venta en 300 lempiras y el Honduras queda con más de un millón de lempiras que servirá para pagar los premios a los jugadores por disputar la final y también preparar la pretemporada donde tendrá tres torneos: Liga, Copa y Champions de Concacaf.