De abuelo a padre y nieto: Don Leopoldo les enseñó el amor por Olimpia

Era el año 1969 cuando Leopoldo Sabillón, un aficionado de Olimpia de la tercera edad hizo su primera aventura por ver fútbol; acompañó a la Selección de Honduras a El Salvador siendo un adolescente para ver aquel partido que derivó en la guerra del fútbol.

Esta noche don Leopoldo llegó al estadio Olímpico como buen aficionado albo para ver al equipo de sus amores. Lo hizo acompañado de su hijo Edwin Sabillón y su nieto Edwin Jr.

'Yo nací en Santa Bárbara, soy olimpista desde que tengo infancia... me gustaba escuchar los partidos por la radio porque no había tele en aquellos tiempos y tengo ese amor por el equipo desde ese entonces', cuenta el señor con una sonrisa al ver uno de los goles de Jerry Bengtson.

Se vino a San Pedro Sula al cumplir 18 años para trabajar en las compañías bananeras y radicó en La Lima, Cortés que lo adoptó como suyo; ahí nació Edwin, uno de sus hijos que heredó el color blanco.

'Recuerdo que mi papá me llevó cuando tenía 10 años al estadio Morazán por primera vez a finales de los años 80, para la final ante Marathón cuando ganamos con aquel gol de Juan Carlos Espinoza... desde esa fecha soy Olimpia y cada vez que viene al norte no fallo'.

Y como ese amor por los colores se transmite de generación en generación, Edwin llevó a su pequeño por primera ocasión a ver al León al estadio Olímpico.

Y es que el pequeño, de 10 años, no había visto jugar al albo en directo... solo escuchaba las pláticas de su padre y abuelo sobre un equipo que se paseaba por los estadios de Honduras.

'En el Kinder, por medio de sus amigos, me dijo que le gustaba Real España pero es que no había venido a ver al Olimpia... ahora tiene que seguir el sentimiento de generación en generación', reza el segundo del árbol genealógico.

El pequeño sonríe mientras escucha a su papá... mira a Sol Sur y escucha los cánticos de la Ultrafiel que entonan a todo pulmón: 'Soy Olimpia, yo te sigo a todos partes... '. Así su padre le inculca un sentimiento que un día de la década de los 80 el abuelo le mostró.

'Ya había venido al Olímpico pero a ver la Selección contra El Salvador', cuenta el niño y su abuelo replica, 'lo que pasa es que cuando juegan contra los equipos que tienen barras y pelean no me gusta venir porque es peligroso pero el resto de partidos aquí estoy', cuenta.

En la cancha del Olímpico el merengue le mostró las garras a Real de Minas y en las gradas un abuelo vio como su hijo le contó a su nieto la historia de un equipo grande que el más indicado para transmitir sentimientos.