De hecho, recientemente dieron un gran paso al avanzar a la tercera fase de la eliminatoria goleando 5-1 a República Dominicana.
Hablamos de Harrison Róchez, reconocido futbolista beliceño que participó en Honduras donde logró ganarse un puesto a puro coraje y trabajo, eso lo llevó a vestir las camisas de clubes como Deportes Savio, Platense, Necaxa y Marathón.
Hace más de dos años se marchó del país rumbo a su natal Belice, él sabía que su vida cambiaría, pues ya no podría dedicarse al fútbol al cien por ciento, esto porque los salarios no son tan competitivos como en Honduras para poder llevar una vida cómoda.
Desde su salida de Marathón, Róchez se fue al club Police United Belmopan, un equipo semiprofesional integrado en su mayor parte por miembros de la policía de ese país.
Y es precisamente después del fútbol a lo que se dedica, a ser policía tratando de llevar el orden y la tranquilidad en distintas partes de Belice.
Róchez ingresó a una escuela policial para convertirse en un uniformado, labor que realiza cuando no juega fútbol y de la que siente muy contento.
'Hermano, aquí nosotros tenemos que trabajar y jugar fútbol, cuando tengo semanas libres, me pongo el uniforme y salgo a laborar', nos cuenta desde un punto fronterizo entre Belice y Guatemala donde la señal de celular es baja y por ratos se entrecorta la comunicación.
'Eso sí, la mayor parte del tiempo paso en la cancha con el equipo y si no, con la selección, es un club semi profesional, es de la policía', detalla.
'Ya tengo más de dos años de formar parte de la Policía, prácticamente desde que vine de Honduras porque saqué un curso en una escuela de policías, después de seis meses de estar con ellos, me dieron dos años más', explica
Actualmente está inactivo como jugador tras la eliminatoria mundialista por lo que aprovecha a salir a patrullar, se encuentra cerca de la frontera con Guatemala y nos explica cuál es su función.
'Andamos en patrullas cerca la frontera, tratamos de llevar la paz en todos los lugares y tener una buena relación en las comunidades con los ciudadanos, es nuestro trabajo como uniformados'.
Lejos de la titánica labor que viven los agentes en Honduras, el índice de violencia en Belice es muy escazo, por lo que para Harrison define su actividad como muy entretenida.
'Es bastante interesante y divertida porque nosotros llegamos a lugares que nunca habíamos ido y además conocemos mucha gente', contó.
De momento no tiene pensado volver a Honduras a no ser que se le presente una buena oferta, pues tiene 31 años y piensa tiene mucho por dar.
Harrison Róchez en su paso por Marathón, su último club.
Además participó en el Necaxa.