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Jerry Palacios: 'Mi esposa estuvo secuestrada una semana con mis dos hijos'

Jerry Palacios dice que en 2012 tuvo que vivir este duro episodio, el segundo en su familia tras el asesinato de su hermano Edwin René. Tremenda plática con el delantero

2017-03-14

Jerry Palacios, al igual que toda su familia, ha vivido momentos muy duros. Primero fue la muerte del menor del clan de don Eulogio y doña Orfilia, Edwin René, y luego él personalmente tuvo que superar el secuestro de su esposa y sus dos hijos, que por gracia de Dios terminó de buena manera. El delantero de 35 años también platicó de su exitosa carrera.

Jerry, con todo lo que pasaste en tu vida, lo que le ocurrió a tu hermano menor, lo que te pasó a vos como persona. ¿Cómo lograste asimilar todo lo negativo con tu carrera y seguir en el buen nivel?
Limber, yo creo que es Dios, nosotros como familia hemos decidido dejarle todo a Dios y él nos ha dado esa fortaleza para seguir adelante, después de lo que sucedió con mi hermano nosotros como familia hemos quedado marcados para toda la vida, pero sí somos personas muy agradecidas con Dios después de todo lo que nos ha pasado, Dios nos ha dado muchas bendiciones; yo jugaba en Marathón ese año cuando sucedió lo de mi hermano, yo era campeón goleador, el siguiente año jugué en el extranjero, entonces Dios nos ha dado muchas cosas buenas, nos quitó a nuestro hermano, pero sabemos que está en un mejor lugar y eso es una motivación para nosotros, ya que todo lo que hacemos es por él.

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¿Qué tanto te marcó la muerte de tu hermano, jovencito, tu pana, tu carnal, dormías con él, comías con él, bromeabas con él, lo viste crecer?
Sí, nos marcó bastante porque estuvimos mucho tiempo buscándolo, no sabíamos dónde estaba, teníamos la esperanza de que iba a regresar a casa, uno como hermano sufre, pero más los padres, nosotros viendo a nuestra madre, a nuestro padre anhelando ese regreso, pero bueno, Dios nos ha dado esa fortaleza y nosotros ya nos resignamos, mi mamá también, ahora tiene una vida normal, tranquila y eso se lo debemos a Dios.

No paraste de entrenar, de competir y creías que un día regresaría tu hermano o ¿estabas consciente de que ya no iba a volver? ¿No le afectó eso a tu rendimiento?
Sí, ese torneo yo estaba jugando en el Olimpia, me dieron permiso para venirme a La Ceiba, yo me regresé para la final del torneo; tomamos la decisión como familia de irnos. Pensé que mi hermano René algún día iba a regresar.

¿Está marcada la familia Palacios?
Estamos marcados porque lo que sucedió me parece que fue algo injusto, ya que mi papá ha sido un señor de fútbol, ha sacado adelante a muchos jóvenes de la calle y hasta la fecha lo sigue haciendo a pesar que le quitaron un hijo y sigue siendo el mismo. Trabaja, ayuda y nadie o muy poca gente sabe que es un señor que a pesar que tenía un solo trabajo, su equipo, le daba dinero a familias que no tenían que comer y le pasó esto, entonces uno se pone a pensar por qué a nosotros, pero si pasó es porque Dios lo quiso.

¿A vos te pasó algo similar con el rapto de tu esposa?
Sí, a mí también me sucedió en 2012. Después de mi regreso de China, me tocó jugar con Marathón y mi esposa y mis hijos se quedaron en Tegucigalpa, y también me la secuestraron. Estuvo una semana secuestrada con mis dos hijos, uno recién nacido, tenía un mes cuando sucedió, nos volvió a pasar, fueron dos veces y gracias a Dios no pasó a más.

Foto: Diez

El delantero Jerry Palacios disputó los mundiales de Sudáfrica y Brasil con Honduras.

Ese secuestro no salió a la luz pública. ¿No lo denunciaste?
No. Teníamos temor de que sucediera algo raro, vos sabés que la gente que se dedica a eso es muy peligrosa, en el momento que tienen la valentía de ejecutar un secuestro es porque están dispuestos a hacer cualquier cosa, entonces como familia tomamos la decisión de no hacerlo público, porque a veces la gente en vez de apoyar, hablan cosas que no son así, eso fue algo al azar o gente que no conocías, por envidia o no sé qué pasó. A mí lo que me dijeron en ese momento fue que se habían equivocado, que pensaron que mi esposa era la mujer de Wilson, entonces por eso ellos habían hecho eso, pero la verdad nosotros tomamos la decisión de no hacerlo público para evitar más problemas.

Ok, ¿Dónde fue el secuestro, entraron ellos a tu casa, de repente hubo una persecución antes, dónde los raptaron?
Fue en la calle, ella iba en la mañana a dejar a mi hijo mayor a la escuela, lógicamente tenía que llevar al pequeño, porque estaba recién nacido, tenía un mes; la interceptaron, la montaron a un carro, se la llevaron, el vehículo lo dejaron botado y a ella y a mis dos hijos los traspasaron a otro auto y así fue como sucedió.

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¿Qué se te vino a la mente cuando te llamaron para decirte que tus seres queridos estaban secuestrados y que no sabías si los ibas a volver a ver con vida?
Bueno, yo siempre acostumbro a comunicarme con mi esposa por las mañanas, si ella está en Tegucigalpa, hablo con mis hijos antes de que se vayan para la escuela, eso lo hacemos normalmente, ese día no pasó, yo marqué y nadie contestó. Como a las 7:30 de la mañana estaba en el entrenamiento, todavía estábamos cambiándonos cuando me cayó la llamada del teléfono de mi esposa, entonces escuché la voz de un hombre que me dijo: ‘¿Habla, Jerry?’ Entonces yo le pregunté: ‘¿Y usted por qué tiene el teléfono de mi esposa? ¿Por qué me está hablando del número de ella?’.

¿Y qué más te dijo?
Me dijo: ‘Es que está secuestrada, necesitamos que nos pongamos de acuerdo cómo le vamos a hacer para el rescate’. La verdad que no me lo esperaba, yo pensaba que era una broma, terminó la llamada y empecé a rezar.

¡Una broma!
Sí, pensaba que era una broma, pero fue todo tan rápido, en menos de un minuto el tipo me habló y me dijo que íbamos a hablar como a las 10 de la mañana, que estuviera pendiente, inmediatamente le dije al profesor Maradiaga, en ese momento le informé lo que había sucedido y me dio todas la posibilidades para que yo arreglara mi asunto. A las 10 de la mañana ya me estaban llamando para decirme que tenía 24 horas para reunir cierta cantidad que ellos necesitaban para poder recuperar a mi esposa y mis hijos.

¿Pero vos tenías ese dinero que te pidieron?
No, yo no lo tenía, pero sí tenía el apoyo de mis hermanos, en seguida llamé a Milton, mi hermano mayor, ya le conté cómo estaba la cosa, luego llamé a mi papá, a Wilson, a Johnny y de último a mi mamá y le conté para que ella no se diera cuenta por otro lado, lógicamente que fue bastante duro, los nervios volvieron a nuestras vidas, aparte que ya no era uno, eran tres, entonces fue una etapa bastante dura, pero aquí estamos de pie.

Jerry ¿Te volviste loco?
Loco en el sentido de que no lo podía creer, cómo nos pudo pasar eso a nosotros otra vez si somos gente de bien, que hemos salido adelante, somos gente de barrio que ahora está en riesgo social. Somos ejemplo para las personas, para todas las familias ya que hemos salido adelante legalmente.

¿Se maneja con tranquilidad tu familia a donde van o a veces la mente te dice que te podría volver a pasar algo así?
Fíjate que a pesar de que ha sucedido dos veces en mi familia, yo no tengo miedo porque primero estamos encomendados a Dios, a parte no le debo nada a nadie, hemos sido gente trabajadora, honrada, lo poco o lo mucho que tenemos es porque nos lo hemos ganado, todo mundo lo sabe.