Liga Nacional

'Me gano mis fichitas como cocinero, cantante y asistente”

Mateo Ávila se retiró del fútbol hace 13 años. Lo encontramos en Tela y nos cuenta su historia.

2013-11-20

Antes de que esta entrevista finalizara y le diéramos las gracias por contarnos su historia, Mateo Ávila no tuvo pena para mostrarnos sus dotes de cantante y a viva voz tomó el micrófono y nos deleitó.

Enfrente estaba un ex futbolista, que como muchos, le ha buscado a la vida para salir adelante, para vivir tranquilo, sin complejos...

Mateo Ávila es un ex jugador que militó en el Petrotela, Tela Timsa, Broncos y Motagua, fue un mediocampista aguerrido, de coraje en la cancha, un todoterreno. Ahora tiene 42 años, se retiró en medio del silencio, fuera de su país, jugando en el Dragón de El Salvador.

Después de haber colgado los botines, ha seguido viviendo en la ciudad de Tela, donde lo encontramos, su vida ha sido un laberinto, y si en el fútbol fue un todoterreno, también lo es fuera de la misma.

Le ha hecho de todo y él mismo admite, “armé una escuela de fútbol, comencé a trabajar como profesor de educación física en el colegio La Milagrosa de Tela, luego fui candidato a alcalde por el Pinu, soy cocinero, asistente técnico en el Parrillas One y desde hace ocho años soy cantante de un grupo musical”.

Ya han pasado 13 años desde su último partido de liga y esa ha sido su vida. De aquel Mateo futbolista solo quedan anécdotas. “Al menos siempre sigo vinculado al fútbol, pero como dice la letra de una canción, ¡cómo han pasado los años!”, recuerda.

SU VIDA

El fútbol en la época de los años 80 o 90 no era tan mercantil como hoy en día. Mateo lo vivió, por eso admite que “uno no era bien asalariado, pero sí tengo mi casita, tenía mi carro, lo vendí, pero aquí en Tela no hace falta; más que cosas materiales, me dejó cosas humanas que ni el dinero puede comprar”.

Y sostiene que “hoy el que juega al fútbol dentro o fuera de nuestro país, está hecho, como decimos, antes no era así, a mí me queda la satisfacción de haber sido futbolista y haber representado a mi país. El fútbol se jugaba con el corazón”.

Eso sí, Ávila admite que el balompié “no me dejó conforme, simplemente satisfecho, porque hice muchas cosas, mi hoja de vida es enriquecedora, desde los 16 años hice lo suficiente y me siento orgulloso de lo que hice”.

LE LLAMAN “MATEO SOLÍS”

Cuando no está en la cancha, a Mateo lo pueden encontrar ensayando sus canciones favoritas en el grupo musical donde también trabaja.

“El grupo se llama Dimensión Teleña, soy la voz principal, aquí le gusta a las personas, quizá por el carisma que tengo, ya llevo ocho años y canto de todo, pero el fuerte de Mateo Ávila es Marco Antonio Solís, de hecho aquí popularmente me llaman Mateo Solís, hay que explotar los dones que Dios le da a uno, ja, ja, ja”.

¿Pero cómo hace cuando le toca concentración y cantar con el grupo? “Buena pregunta, a veces no puedo ir a los estadios, como no puedo entrar al dugout, tengo ese ligero permiso de Cálix y del presidente Luis Girón, mis dos jefes, y me dan permiso, les agradezco por todo ese apoyo, aunque siento que tendré que dejar la cantada, pero no se puede estar con dos amores, y si me toca decidir, me inclino por el fútbol”.

Su pasión por el micrófono comenzó en los karaokes. “El hambre es tremenda, ja, ja... comencé en los karaokes, después le gustó a la gente y me animaron a cantar, así fue cuando incursioné con el grupo”.

¿Cuántas canciones te sabes? “Unas 60 a 70 mínimo, no logro cantarlas en cinco o seis horas. No me da pena, siendo una adrenalina cantar ante el público”.

Tras su retiro, pudo irse a trabajar a Estados Unidos como muchos de sus compañeros lo hicieron en época, pero él dice que “Estados Unidos no es para mí, porque el dinero no es todo, aquí en Tela, de paso incursioné en la política como precandidato a alcalde por la corriente pinuista, eso fue en el pasado, hoy hice un alto”.

Pero esto no es todo, Mateo también hace de cocinero. “Me gusta cocinar, no soy mentiroso, me gano mis fichitas haciendo comida. Aquí le cocino a los jugadores del Parrillas, de paso, estoy pendiente de lo que necesitan, sé lo que pueden comer”.

Por todo lo que representa su imagen, la sencillez y el trabajo, Mateo no se lamenta de nada. “Siento que me han valorado, no tengo quejas en Tela, estoy satisfecho y además siento que soy muy querido en esta ciudad”.

Y más allá de lo que el fútbol le dio, dice que “en la parte material el fútbol me dejó amistades, en los años que jugué económicamente no éramos bien asalariados, pero no me quejo, si volviera a nacer, volvería a jugar al fútbol, por eso hoy en día continúo trabajando activamente”.

Como asistente aclara que es una faceta que para él es nueva: “Es una gran oportunidad, de muchos conocimientos, no es lo mismo haber sido futbolista que asistente. Ya había probado suerte en varias etapas, pero eso es totalmente diferente”.

Aún quedaba un par de minutos para finalizar cuando, de pronto, Mateo tomó el micrófono y cantó el coro de una de sus canciones favoritas de Marco Antonio Solís: - “¿Dónde estará mi primavera? ¿Dónde se me ha escondido el sol...”.