Mas de 400 elementos de seguridad mantienen acordonado el estadio verdolaga a pocos minutos del partido para que sea una fiesta en paz y frenar a los revoltosos.
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Como medida extrema, se ha prohibido que fanáticos ingresen a la zona cero con camisas del vecino, pues estas son las hipótesis que han sacado de los generadores de violencia.
Las patrullas de los comandos Tigres, el escuadrón élite de la Policía Nacional están estacionadas a un costado del estadio, específicamente en donde ingresará el club visitante para evitar que aficionados se crucen por la zona.
La DPI también se ha unido al operativo, los inspectores caminan por todos los sectores y la revisión de los aficionados comienza desde los ingresos a la zona del estadio para un mejor control.
Son 12 elementos de seguridad por puerta los que registran cada aficionado que ingresa al Yankel. La Policía Nacional es la encargada del contacto con la gente y los militares están en las afueras para el control en el caso de ser requeridos para un conato de violencia.