Liga Nacional

Otra razón para las bajas asistencias

Salvador Nasralla hace un análisis de las asistencias a los estadio.

2011-10-17

Este artículo no pretende desmoralizar a nadie sino solamente ubicar al lector en nuestra realidad futbolística y social.

En los años noventa el nivel futbolístico que exhibían los equipos de la Liga Nacional era superior al de los últimos tres años. En aquella época para ponerse la camisa del Olimpia o de otro equipo grande, el jugador tenía que poseer un nivel extraordinario que hoy no se observa.

Vinieron futbolistas extranjeros de primera división como Alejandro Kenig, Rodiney Martins, Carlos Prono y otros. Llegó un momento en que por los blancos jugaban en la delantera Denilson Costa, Wilmer Velásquez y Rodiney, quedándose en el banco el consagrado Enrique Centeno Reneau, Kenig y el juvenil goleador David Suazo, o sea que había suficiente motivación para asistir a los estadios.

Marlon Hernández en el Olimpia o Motagua de hoy sería el mejor delantero del Torneo y rompería récord de goleo; sin embargo, el alto nivel competitivo en que le tocó jugar en los años noventa no le permitió destacar. Las actuales estrellas del Torneo, hace 20 años hubieran sido suplentes.

Todavía a principios de aquella década no existían los grandes centros comerciales que conocemos como “mall” y la familia solo escogía para salir entre ir al estadio o ir al cine. Ya en este siglo 21 del que llevamos 11 años, el centro comercial se convirtió en un lugar más agradable y seguro para la diversión familiar, ya que en un ambiente acogedor podemos encontrar las alternativas para que se distraigan todos los miembros de la casa, incluso los hombres que conforman el mayor núcleo de potenciales asistentes a los estadios quienes en el “mall” pueden ver ahora los partidos de la Liga comiendo o tomando algo junto a sus amigos en el “food court” con aire acondicionado.

Entonces, en las razones por las que las asistencias a los estadios han bajado nos encontramos con estos dos aspectos que se suman a la inseguridad de estadios que no tienen estacionamientos cubiertos y protegidos, la posible lluvia, el alto costo que significa entrar con seis miembros de la familia, lo cual en el mall es gratis. Si una dama o una niña quiere ir al baño en el estadio, es preferible que se aguante porque en algunas localidades el recinto es insalubre y peligroso; y en esto, los “mall”, que además cuentan con salas de cine, le han ido quitando público a los partidos de fútbol.

En todos los países del mundo entendieron lo anterior y han ido dotando a los escenarios deportivos de lugares cómodos para motivar la asistencia de las personas. Las necesidades mínimas de la afición que son seguridad, baños, estacionamiento, más comida y bebida, están cubiertas decentemente en las graderías populares y con lujo en las tribunas, así vemos incluso en Costa Rica, estadios con restaurantes, gimnasios, salas de relajación y otras facilidades.