Cuando Olimpia apostaba a un proyecto estable con el nombramiento de Pablo Lavallén como nuevo entrenador de Olimpia en enero de 2022, en menos de cinco meses todo se desbarató rápidamente.
El argentino venía con un cartel de “alto perfil” al haber dirigido en la primera división de su país y donde había peleando en 2019 una final de Copa Sudamericana con el Colón de Santa Fe.
Sin embargo, Olimpia dio a conocer este martes un sorpresivo comunicado en donde anunciaba que Pablo Lavallén no continuará como entrenador del equipo albo tras haber sido eliminado en semifinales del Clausura 2021 enterrando el sueño de un pentacampeonato.
Según detallaron en el escrito, se dio a causa de una rescisión de su contrato por acuerdo mutuo.
Ante ello el cuadro merengue agradeció sus servicios, le deseó éxitos y detallaron que en los próximos días estarían anunciando a su sucesor.
¿Pero qué ocurrió? ¿Por dónde pasó su decisión de no continuar?
Dentro del caso de Lavallén hay mucha tela por cortar. Lo cierto es que la directiva merengue respaldaba su continuidad a toda costa y en ningún momento se habló despedirlo hasta hace un mes pese a que la situación deportiva no era la mejor en cuanto al fútbol que practicaba el León.
DIEZ conoció que desde la dirigencia le habían manifestado a Pablo Lavallén que tendría carta de libertad para reestructurar y refrescar el plantel con caras nuevas, pues cuando llegó el torneo había iniciado y el plantel estaba armado, no llevó los refuerzos que necesitaba y no le han dado la oportunidad de trabajar desde cero con una pretemporada y más tiempo de trabajo.
Sin embargo a medida pasaron estos cuatro meses la situación se vino complicando a nivel interno al ver las diferencias en la forma que estaban acostumbrados con Pedro Troglio en los últimos dos años.
Esa terminó siendo inconformidad casi generalizada de parte del plantel con el argentino, pues no lograban adaptarse a sus exigencias en el terreno de juego.
Incluso, trascendió recientemente una pelea entre jugadores en el vestuario que acabó con la no inclusión de Germán “Patón” Mejía en las semifinales ante Motagua, algo reafirmaba las dudas a nivel dirigencial sobre la gestión del sudamericano a lo interno.
INCONFORMIDAD DE LA AFICIÓN
Además de no lograr imponer el estilo de juego que buscaba en sus meses como entrenador del club, la eliminación ante Motagua en semifinales fue la gota que derramó el vaso, pues el club venía de varios años de hegemonía sobre los azules en la era de Pedro Troglio.
La afición merengue es exigente y en el tramo final hubo mucho disgusto con el entrenador de quien pedían su salida y este último duelo ante las águilas hizo retumbar redes sociales y programas deportivos donde los hinchas pedían la salida del entrenador, esto generó un ambiente negativo y la directiva tomó la decisión de no continuar con sus servicios pese a que no son partidarios de cortar procesos en tan poco tiempo.
