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Casos de violencia doméstica en Honduras se dispara durante la cuarentena por coronavirus

Rubilio Castillo, futbolista de Motagua, ha sido arrestado en Tegucigalpa después de ser denunciado por su esposa.

2020-04-14

Lejos de ser un tiempo para reflexionar y disfrutar en familia, la cuarentena se ha convertido en una pesadilla en muchos hogares hondureños, pues según autoridades en los últimos días los casos por violencia doméstica se han disparado.

El último que ha salido a la luz pública es el del futbolista de Motagua Rubilio Castillo quien fue arrestado el lunes por la noche en la residencial Santa Cruz de Tegucigalpa luego que su esposa se comunicara al 911 y lo denunciara por violencia doméstica.

Castillo, actual goleador de Motagua, está pasando 24 horas detenido en una posta policial y luego, cuando finalice el estado de emergencia, será citado por un juzgados de la familia donde tendrá que demostrar su inocencia o bien ser declarado culpable y cumplir una sanción con un trabajo comunitario.

En los primeros 15 días de la cuarentena los fiscales de Protección contra la Mujer informaron que recibieron un total de 80 denuncias por violencia doméstica.

Según informes, un total de 53 casos fueron atendidos en San Pedro Sula donde se presentaron cinco requerimentos fiscales por el delito de violencia intrafamiliar, uno de ellos fue por un joven que agredió a su propia madre.

El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos de Honduras (Conadeh) lanzó una campaña a través de sus redes sociales para hacer conciencia sobre la situación que atraviesan muchas personas, la mayoría mujeres en manos de sus propias parejas, durante el tiempo de cuarentena.

En una entrevista brindada a diario La Prensa, José Jesús Mora, vicerrector académico de la Universidad Tecnológica de Honduras (UTH), explica que “debemos desarrollar autocontrol y empatía: comprender que cada miembro de nuestra familia la está pasando difícil”.

En su criterio, uno de los grandes retos del confinamiento “es pasar tiempo con quienes no pasábamos mucho por el trabajo: cada uno de los miembros de nuestra familia, todos juntos”.

El docente reflexiona que “parte de la educación de los hijos la delegábamos a la escuela y los teníamos en clases extracurriculares para mantenerlos entretenidos. Muy poco tiempo pasábamos con ellos. Ahora tenemos que cuidarlos, educarlos y a veces, aguantarlos”.