Desde los tiempos (nov. 1980) en que Roberto “Mano de piedra” Durán perdió su título mundial del peso welter en la pelea de revancha contra Sugar Ray Leonard por abandono en el octavo asalto aduciendo que a raíz de haber consumido un bistec previo a la pelea sus brazos se le durmieron y no le respondieron más, se sospechaba que el tipo de alimentación estaba directamente relacionada al rendimiento deportivo.
Pero para cuando Conor McGregor, campeón indiscutible de las artes marciales mixtas (UFC), quien alardeaba consumir dos veces al día sendos trozos de carne para mejorar su rendimiento deportivo, fue derrotado el 5 de marzo del 2016 por el vegano Nate Díaz, la ciencia aplicada al deporte ya había demostrado plenamente la importancia de la dieta natural para mejorar el rendimiento deportivo.
Hoy día, los grandes equipos europeos de fútbol incluyen en sus cláusulas contractuales que todo jugador durante dure la temporada debe de someterse a una dieta especial elaborada por un nutricionista, la cual es preparada y servida en la cafetería de la sede del equipo por un chef durante el desayuno y almuerzo, y también una comida es llevada para la cena a la casa de cada jugador, en caso que su familia no pueda prepararla de acuerdo con los requerimientos nutricionales solicitados.
Todo esto con el fin de que el jugador pueda rendir al máximo de su capacidad física y mental, pues existe una relación directamente proporcional entre el consumo de una alimentación basada en plantas con factores como ser el rendimiento atlético, la prevención de lesiones, el tiempo de recuperación entre ellas, la agilidad mental, la capacidad de conciliar el sueño y el estado de ánimo.
Muchos futbolistas, así como atletas de todas las disciplinas deportivas, comprendiendo plenamente que este cambio impuesto en su alimentación era en verdad un pasaporte no sólo al éxito deportivo, sino a una vida saludable para el futuro, adoptaron este nuevo estilo de alimentación de forma permanente en su vida y actualmente son un testimonio viviente de los cambios en el rendimiento deportivo experimentado inmediatamente después al cambio de alimentación.
La lista de reconocidos deportistas veganos es inmensa y va en aumento: Paavo Nurmie, Carl Lewis, Martina Navratilova, Edwin Moses, Bode Milner, las hermanas Venus y Serena Williams, Lewis Hamilton, Scott Jurek, Fiona Oakes, Kyrie Irving, Chris Paul, Alberto Peláez, Elena Congost, Ekeno Llanos, Hannah Teter, Steph Davies, Tom Brady y Novak Djokovic, este último incluso tiene un restaurante vegano en Monte Carlo.
En el caso de los futbolistas, podemos nombrar a Héctor Bellerín, Carlos Cuéllar, Rusell Martin, Meghan Klingerber, Ifeoma Onumonu, Sebastián Pérez, Jack Wilshere y Juanfer Quintero entre otros.
En el caso de Lio Messi, Cristiano Ronaldo y muchos otros futbolistas más, aunque no son veganos completos, han cambiado mucho su alimentación eliminando la mayoría de las carnes perjudiciales y ahora consumen gran cantidad de alimentos de origen vegetal.
Ahora hasta hay un equipo de fútbol vegano, el Forest Green Rovers de Inglaterra, cuya plantilla es vegana y no vende en su estadio productos cárnicos a los aficionados, sino hamburguesas, hot dogs y fajitas veganas.
El secreto de la dieta vegana para suplir las necesidades alimentarias, especialmente con el aporte de proteínas, vitaminas y minerales, es la combinación de cereales, frutas, legumbres y semillas. El único aporte adicional debe de ser de vitamina B-12, por lo que se recomienda ingerir un suplemento de 1000 microgramos dos veces por semana.
Sin embargo, lo más importante es dejar de consumir los alimentos y productos perjudiciales para el rendimiento deportivo como ser las carnes, especialmente las carnes rojas, ahumadas y procesadas (embutidos, tocino, etc.), los lácteos, comidas rápidas, alimentos super procesados (hechos con harina blanca y azúcar), bebidas gaseosas, alcohol y tabaco.
A las nuevas generaciones que sueñan con llegar a los más alto, la alimentación de origen vegetal es la herramienta fundamental para marcar la diferencia entre el deportista de élite y el resto. Sólo se vive una vez.
Por Elmer López Lutz, elopezlutz@yahoo.com
