El fútbol hondureño es un hábitat de complejidades muy particulares, donde hay situaciones inverosímiles, que no tienen exactitud, que gozan de poca capacidad de comprensión por parte de todos los entes y así ha transcurrido hasta el día de hoy.
Entre toda esa maleza de momentos atípicos en otras ligas profesionales, no solo del continente, pero de la región, surgen entrenadores preparados para gestar, jugar y ganar; al final los entrenadores diferenciales logran cumplir con esas premisas.
Salomón Nazar ha estado en instituciones con ambiciones diferentes, donde los retos son marcados por la cultura del club, las necesidades futbolísticas y el nivel de comprensión de los jugadores del juego. Siempre ha procurado fomentar un ambiente de respeto en sus plantillas, con jugadores responsables ante la prensa, donde hay un gran respeto al camerino, donde todos aquellos que entran lo hacen bien no solo por sus cualidades futbolísticas, pero porque seguramente más de alguno está motivado; la gestión de un equipo es precisamente eso.
Gestar de manera positiva genera un mejor entorno y te lleva a buscar más y mejores objetivos. Esas metas futbolísticas necesitan una manifestación idónea, eso es lo que estamos viendo en el Victoria de Salomón Nazar, el equipo que mejor juega al fútbol en el inicio del torneo, recordemos el contexto del equipo ceibeño, que se encuentra en la lucha por no descender.
Actualmente el equipo de Nazar, es el equipo que más propone un fútbol propositivo, que tiene mediocampistas como Marcelo Canales que en contextos ideales juega y hace jugar al fútbol a sus compañeros. Cuenta con delanteros que han demostrado su valía en el fútbol nacional como Marco Tulio Vega y Yaudel Lahera. Y cuenta con un portero con suma experiencia y calidad como Harold Fonseca.
A todo esto, le sumamos el resultado del proceso, hacemos énfasis en eso, porque los resultados deportivos son muchas veces la consolidación de gestar bien una plantilla y jugar bajo un modelo de juego que transmita confianza a quienes los tiene que ejecutar. El triunfo genera sensaciones de felicidad, de reconocimiento de capacidades propias y muchas otras que van surgiendo a lo largo que ese equipo vaya acumulando.
El Victoria de Salomón Nazar ha comenzado jugando al fútbol, esperamos, como colectivo de este juego, que se pueda replicar esto en el resto de los equipos de la Liga Nacional.
Será hasta otro lunes que nos leamos.
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