Así es la vida de Martín Castro trabajando en la construcción en Miami
El exvolante hondureño, quien brilló en Real España, se gana la vida bajo el sol en los Estados Unidos
2016-10-13
-
1 / 20Armado con un arnés, lentes oscuros y un casco, vestido sin lujos, pero con la ilusión de hacer lo mejor posible su trabajo, así pasa sus días Martín Castro, ex jugador de Real España, en Miami Beach, donde la construcción es su medio de subsistencia. -
2 / 20Al llegar a su lugar de labores, el calor es intenso, los 38 grados que se sienten en Miami Beach no lo frenan, pueden más las ganas de salir adelante que los lamentos por las condiciones en la que pasan las horas, minutos y segundos de su existencia. -
3 / 20“Llegue a Estados Unidos en 1997, me hice residente, pero no fue hasta 1999 cuando decidí venirme del todo para quedarme y rumbarle duro. He hecho de todo un poco, metalero, tabla yeso y por ultimo trabajo en ventanas, no soy un experto, pero hago lo hago bien”. -
4 / 20Las quejas no forman parte de su rutina diaria, no tiene tiempo para eso. Lo suyo es levantarse temprano, irse a buscar el pan de cada día, aunque eso le cueste lágrimas de sangre y sudor de pies a cabeza. -
5 / 20Los días para Martín son pesados y largos, pero las noches lo son aún más, no solo porque no tiene a su lado a las cuatro mujeres que más ama, sino porque la soledad y muchas veces la depresión han tocado a su puerta y solo el sabio consejo de un amigo y la palabra de Dios han sabido darle la fortaleza necesaria para salir adelante. -
6 / 20Foto: Diez -
7 / 20El “Tin” como le dicen sus aleros no se da por vencido y aunque dentro de sus aspiraciones ya no está ser asistente o entrenador, si fue uno de sus sueños. Las prioridades de su vida han cambiado. -
8 / 20Estar en el décimo piso de un hotel o institución bancaria en la que presta sus servicios de reparación y remodelación de ventanas, no le intimida, siempre y cuando no tenga que estar amarrado de un arnés y colgando en el aire. -
9 / 20“Yo nunca fui un hombre derrochador, cuando tenía dinero y cobraba, lo compartía con mi familia, esposa, hijas, y mi mamá. Casi no gastaba en ropa o zapatos, lo mío no era lo material”, explica. -
10 / 20En diciembre de 1999 la familia Castro-Dolmo, de quien Martín es la cabeza, pasó uno de sus peores momentos y tras ese hecho que se suscitó, el también ex integrante de Broncos e Independiente, se fue a los Estados Unidos. -
11 / 20“Recuerdo que en Broncos nos debían sueldos, nos dieron unos cheques, pero cuando decidimos ir al Banco, estos no tenían fondos, hoy me da risa, pero en aquel momento a mi y a mis compañeros nos dio rabia por no tener para cocinar, para darle de comer a nuestras familia ni tener la navidad que hubiésemos deseado”. -
12 / 20“Una Navidad me quedé en San Pedro Sula, mi mamá me decía que fuese a Tela, “sabés que aunque en la casa haya poco, alcanza para todos. Esas palabras me doblaron”.
Tras varios días de reflexión, el día de decirle adiós a su tierra llegó. -
13 / 20“La necesidad me hizo moverme de Honduras, el querer darle lo mejor a mi familia', afirmó Martín casi con lágrimas en sus ojos. -
14 / 20HA VALIDO LA PENA:
“Hasta el último minuto, he tenido problemas en EUA, estuve casi ocho meses sin trabajar por culpa de la rescisión económica, pero gracias a Dios estoy bien y ahora tengo algo estable”. -
15 / 20RECUERDO DEL FÚTBOL:
“Gracias a él hice muchas amistades, algunas para toda la vida”. -
16 / 20UNA ANÉCDOTA INOLVIDABLE:
“No me da vergüenza contarla, en mi clausura de sexto grado, salí guapo, con camisa manga larga, corbatín, pantalón café, pero chuña, con las uñas de los dedos levantadas de tanto jugar descalzo en la calle”. -
17 / 20SU GOLAZO A PRONO:
“Dios mío, eso es algo que pasó, es historia, los veteranos siempre me comentan ese golazo, fue muy bonito, recordar es vivir y cuando vienen los clásicos, me llaman para decirme, ¿viste que Nasralla pasó tu “Martinazo” a Prono?”. -
18 / 20Ahora Martín se pasa la vida entre su trabajo en la construcción y jugar al fútbol los fines de semana. -
19 / 20Foto: Diez -
20 / 20Foto: Diez