2016-11-18
El 15 de noviembre de 1989, hace 27 años, se vivió una de las noches más negras en la historia del fútbol colombiano. Y es que el árbitro
Álvaro Ortega fue asesinado por orden del mismísimo Pablo Escobar, que le sentenció el 26 de octubre de ese mismo año tras anular un gol en los últimos minutos al Independiente de Medellín en un encuentro ante el América.
El fútbol era muy importante para el capo de la droga. En los años 80, los narcos de todo el país apoyaron o dirigieron algún equipo de la liga colombiana, por lo que trasladaban la lucha de los cárteles al terreno de juego. Escobar era hincha de Atlético Nacional, pero también llegó a dirigir a Independiente de Medellín. Por estos dos equipos estaba dispuesto a hacer cualquier cosa, incluso matar a todo aquel que impidiera que este ganase un partido importante, como el árbitro Álvaro Ortega.
Hace tres días se cumplieron 27 años del asesinato que manchó de sangre el fútbol colombiano. Ocurrió el 15 de noviembre de 1989 en las calles de Medellín. El árbitro Álvaro Ortega recibía 10 impactos de bala procedentes de la ventanilla del copiloto de un coche. Los sicarios de Pablo Escobar mataron al colegiado de 32 años. El asesinato despertó mucho miedo entre los demás árbitros de Colombia, en especial en Jesús Díaz, compañero de profesión que acompañaba por la calle a la víctima ese fatídico día.
UN GOL ANULADO POR JUEGO PELIGROSO
Poco menos de un mes antes, el 26 de octubre, Ortega y el mismo Jesús Díaz formaron parte de la terna que arbitraría el partido América de Cali - Independiente de Medellín. A falta de dos minutos para el final, y con el equipo de Escobar perdiendo, Ortega anuló un gol de chilena por juego peligroso a Independiente de Medellín. Finalmente, el equipo de Escobar perdió contra el equipo del máximo rival de Pablo Escobar en el negocio del narcotráfico. Ese día, Álvaro Ortega firmó su sentencia de muerte.
Tras estos sucesos, la Dimayor (la División Mayor del Fútbol Colombiano) acabó suspendiendo el campeonato, la razón por la cual el palmarés en 1989 aparece en blanco. No obstante, Escobar todavía tendría una gran alegría ese año tras la victoria del Atlético Nacional en la Copa Libertadores.
El fútbol era muy importante para el capo de la droga. En los años 80, los narcos de todo el país apoyaron o dirigieron algún equipo de la liga colombiana, por lo que trasladaban la lucha de los cárteles al terreno de juego. Escobar era hincha de Atlético Nacional, pero también llegó a dirigir a Independiente de Medellín. Por estos dos equipos estaba dispuesto a hacer cualquier cosa, incluso matar a todo aquel que impidiera que este ganase un partido importante, como el árbitro Álvaro Ortega.
Hace tres días se cumplieron 27 años del asesinato que manchó de sangre el fútbol colombiano. Ocurrió el 15 de noviembre de 1989 en las calles de Medellín. El árbitro Álvaro Ortega recibía 10 impactos de bala procedentes de la ventanilla del copiloto de un coche. Los sicarios de Pablo Escobar mataron al colegiado de 32 años. El asesinato despertó mucho miedo entre los demás árbitros de Colombia, en especial en Jesús Díaz, compañero de profesión que acompañaba por la calle a la víctima ese fatídico día.
UN GOL ANULADO POR JUEGO PELIGROSO
Poco menos de un mes antes, el 26 de octubre, Ortega y el mismo Jesús Díaz formaron parte de la terna que arbitraría el partido América de Cali - Independiente de Medellín. A falta de dos minutos para el final, y con el equipo de Escobar perdiendo, Ortega anuló un gol de chilena por juego peligroso a Independiente de Medellín. Finalmente, el equipo de Escobar perdió contra el equipo del máximo rival de Pablo Escobar en el negocio del narcotráfico. Ese día, Álvaro Ortega firmó su sentencia de muerte.
Tras estos sucesos, la Dimayor (la División Mayor del Fútbol Colombiano) acabó suspendiendo el campeonato, la razón por la cual el palmarés en 1989 aparece en blanco. No obstante, Escobar todavía tendría una gran alegría ese año tras la victoria del Atlético Nacional en la Copa Libertadores.
