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Dani Alves en su juicio por presunta agresión sexual: el desgarrador testimonio de la prima y amiga de la víctima

La declaración de la denunciante fue reservada y no mantuvo contacto visual con el brasileño en la audiencia. Hoy fueron seis testigos, incluida la víctima.

2024-02-05

El juicio a Dani Alves, acusado de haber violado a una mujer en el baño de una discoteca Sutton de Barcelona a finales de diciembre de 2022, arrancó este lunes en un tribunal de la ciudad catalana rodeado de una gran expectación mediática.

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La Fiscalía solicita nueve años de prisión para el exjugador del Barça por un supuesto delito de “agresión sexual con penetración”, además del pago de una indemnización de 150.000 euros a la mujer y otra década de libertad vigilada tras cumplir la condena.

El juicio se desarrolla en la céntrica Audiencia de Barcelona y debe prolongarse hasta el miércoles, que es cuando declarará Alves. Este martes se retoma el caso en el que se prevé un día largo, con 22 testigos citados. Entre ellos Joana Sanz, pareja del jugador.

Vestido con una camisa blanca y unos pantalones tejanos, el brasileño, de 40 años, llegó directamente desde la prisión en la que lleva recluido desde enero del 2023, después de la que fue su primera declaración ante la jueza instructora.

Inés Guardiola es la abogada de Dani Alves que trata de demostrar su inocencia.

Tras las cuestiones iniciales, el primer testimonio de los casi 30 previstos (hoy solo fueron seis testigos) para el proceso fue el de la denunciante, que se realizó totalmente a puerta cerrada, tal y como había determinado el tribunal para “preservar su anonimato”.

La joven siempre ha ratificado su versión de que fue abusada sexualmente por el futbolista y declaró durante algo más de una hora, sin “confrontación visual con el acusado”, según dispusieron los magistrados.

La declaración de la víctima fue reservada para los medios de comunicación, que no pudieron escuchar absolutamente nada. Ella habló tras un biombo para no ver a Alves.

Una vez terminada su participación, llegó la etapa de las pruebas testificales con la declaración de los testigos, entre ellos una amiga y prima de la mujer, dos meseros y el portero del bar. Estas sí fueron públicas y pudieron ver al brasileño en persona.

SEGUNDO TESTIGO: AMIGA DE LA DENUNCIANTE

“Fuimos a mi casa a cenar y nos fuimos a la zona de Tusset, a Duplex, que nos dan descuento para entrar a Sutton antes de las 2:00 AM. Hicimos algunas bromas con el portero porque entramos algo más tarde de la hora. Estuvimos las tres bailando en la parte general de la discoteca y delante, a la misma altura, está la zona VIP. Bajaron dos o tres mexicanos y nos dijeron si queríamos ir con ellos a la zona VIP. Accedimos y fuimos con ellos. Estuvimos poco rato. Nos insistieron para ir a una mesa que nos querían invitar”.

“Estaba este señor (Dani Alves) de pie. Tenía una actitud babosa, me puso la mano en la espalda y casi me toca el culo. Me fui al otro lado de la mesa, prácticamente sola”.

“La prima de la denunciante me llama y me dice que necesita irse. La conozco desde que tenía tres años y no la he visto llorar nunca de esa manera. Me dice: ‘se ha corrido dentro, me ha hecho mucho daño’. Lloramos las tres, yo no sabía cómo reaccionar en ese momento”.

“Le dijimos que tenía que denunciar y me dijo que no le iban a creer. Ella se quería ir a casa”.

La testigo asegura que en ningún caso la relación de su amiga con Alves fue consentida. “Ella no quería, no, no, no”. “No quería denunciar, nos costó muchísimo, de verdad. Estaba en shock. A día de hoy está muy mal, ha perdido mucho peso, está ansiosa. Ha reducido su círculo de amigos porque no se fía de nadie. Está todo el rato pensando que la van a mirar, en cualquier sitio”.

“La cogió y la tiró al suelo y le dijo algo como: ‘eres mi putita’. Ha recibido tratamiento psicológico, porque quedo con ella y me lo dice”.

TERCER TESTIGO: PRIMA DE LA DENUNCIANTE

“En la mesa de la zona VIP había dos chicas, Dani Alves y Bruno (su amigo). Al principio bien, después estuvimos un poco incómodas. Nos bailaban muy cerca, hubo momentos que nos tocaron. Alves me puso la mano en la zona íntima. A la denunciante también”.

“Fui a hablar con mi prima y me dijo que Alves estaba insistiendo mucho en que se fueran a algún sitio. Ella no quería. Ella le iba diciendo en cinco minutos y al final creo Dani entró en la puerta, que yo pensaba que era una sala para fumar. Dani le estaba esperando en la puerta y la denunciante fue. No pude ver lo que había dentro en ningún momento. Mi prima tardó un rato en salir, vi que tenía muy mala cara”.

“Ella me dijo que necesitaba irse, nos fuimos de ahí. Antes de llegar al guardarropa, mi prima me dijo que le había hecho mucho daño y se había corrido dentro. Estaba como en bucle, no podía decir nada más. Un portero nos preguntó si era mal de amores. Nos dijeron que tenían que activar el protocolo y nos llevaron a una sala más privada. Ella decía que no quería denunciar, que se quería ir a casa”.

“Alves y Bruno pasaron por nuestro lado. No hizo nada, siguió caminando y se fue. Bruno me escribió a las 5:00 AM, me puso dónde vivía y que si necesitaba algo ahí estaría. Le contesté, quería ser simpática por si decía algo”.

“Mi prima se tiene que medicar, no duerme. Ha empezado a tomar antidepresivos. No se tomaba ni un paracetamol antes para una migraña. No trabaja y para ella su trabajo es lo que más le gusta. Apenas sale de casa. Lloramos casi todo los días... No sé, está mal”.

“No vi el riesgo de que fuera a pasar algo. No me esperaba para nada que fuera a pasar esto. Me imaginaba cualquier cosa menos esto. Se quedó en la mesa y se hizo fotos con alguien de otra mesa. Con nosotras no. Nos fuimos al momento, cuando la denunciante salió”.

¿Le dijo su prima que entró voluntariamente al baño?

“Sí”.

¿El portero les dijo ‘no sé por qué se mezclan con esa gente si ya saben como son?

“Lo dijo. Yo qué sé por qué lo dijo”.

CUARTO TESTIGO: UN MESERO DEL BAR

“Al principio no atendí a Alves, fue un compañero. Tenía una botella de champagne grande, de litro y medio. El amigo de Dani me hizo un gesto y yo interpreté que era para invitar a esas chicas. Me dijeron que no al principio, pero después parecía que se lo pensaban”.

¿Pudo ver la actitud en la zona de baile?

“No sé, gente que se lo estaba pasando bien. No recuerdo ver nada raro”.

QUINTO TESTIGO: OTRO CAMARERO

“Pidieron una botella de Moët y después otra más grande. Cuando la suite está abierta siempre está la luz encendida. La luz estaba encendida, la puerta del baño estaba abierta (sin aclarar si hacía referencia a la llave puesta o a la puerta). Se limpia para que esté correcta y se vea así. El pasillo está iluminado”.

SEXTO TESTIGO: PORTERO DEL BAR

“Normalmente estoy fuera. Ellos entran por otras zonas, o por el parking o por las zonas de los privados. Me dirigía dentro de la sala y estaba la chica llorando con su amiga. Me acerqué a ver si estaba todo correcto. Veo que le pasaba algo. Inicialmente pensaba que había tenido algún desamor, frecuente en una discoteca. En ese momento, mientras le estoy hablando, pasa el acusado por detrás. Vino el director de Sutton y se involucró en la conversación y le comentaron que habían tenido el problema con el acusado”.

“Ni estaba alterada ni en estado catatónico. Estaba llorando y pensaba que quizá era un malentendido con el novio. El señor Alves miraba hacia el frente. Alves pasó a un metro y medio o dos metros”.