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En los últimos meses marcó goles decisivos para el equipo de Zinedine Zidane y ahora es la estrella de su país en la Eurocopa. Florentino Pérez asume y sabe que deberá consentir al jugador.
Previo al duelo de mañana entre Portugal y Gales en la semifinales de la Euro, vale la pena recordar el día que Bale pidió al Real Madrid la salida de Cristiano Ronaldo. Ambos chocarán mañana y el morbo sin duda está presente.
Florentino Pérez es esclavo de la promesa que le hizo a Bale hace medio año. Entonces, el presidente del Real Madrid le prometió al galés que sería la nueva estrella del equipo. El líder de una plantilla en la que no debía figurar Cristiano Ronaldo.
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Le comunicó a Bale que quería vender a Cristiano Ronaldo al PSG por unos 80 millones de euros o hasta más. De hecho, CR7 coqueteó con el campeón francés. Tanto con Laurent Blanc, el técnico de la pasada temporada que ha sido relevado por Unai Emery, como con Nasser Al Khelaifi, el presidente del PSG.
Revisión de su contrato
Florentino, sin embargó, se frenó tras ganar el Madrid la Undécima por temor a una respuesta muy hostil de la afición blanca. Las encuestas le desaconsejaban la venta de CR7.
Bale se sintió engañado, traicionado, y expresó su malestar a Florentino Pérez, que le prometió una revisión de su contrato. También asumió que tenga un mayor protagonismo en el equipo.
El delantero galés quiere que Zidane y el Madrid lo miren como el nuevo crack. Él quiere tener el mismo protagonismo que CR7, un futbolista que en el pasado fue la gran estrella madridista pero cuyo rendimiento ha bajado notablemente en los últimos meses.
Bale, además, ha pedido al Madrid que le promocione como futuro Balón de Oro. No quiere que el club se posicione descaradamente a favor de Cristiano. Él quiere el mismo trato. Él entiende que es el futbolista más determinante del equipo y quiere un trato preferencial. Similar al del portugués.
