2014-06-22
El Gobierno de Chile anunció que reforzará el resguardo policial en la ciudad de Santiago en las horas posteriores al encuentro mundialista de la selección local con la de Holanda, este lunes, debido a los disturbios y desmanes registrados luego del último partido que jugó la Roja.
'Al margen de las medidas adoptadas para reforzar la seguridad, nunca será posible tener un policía al lado de cada ciudadano para evitar desmanes. Por eso reiteramos el llamado a celebrar de forma alegre y pacífica, porque la mayor responsabilidad radica en los propios ciudadanos', declaró hoy a periodistas el ministro portavoz, Álvaro Elizalde.
'La gran mayoría de los chilenos ha celebrado en un ambiente familiar y pacífico, pero desafortunadamente unos pocos han participado en actos de violencia que condenamos enérgicamente', agregó.
El miércoles pasado, una vez concluido el partido en que Chile venció y eliminó a España del Mundial Brasil 2014, miles de chilenos abarrotaron las calles de Santiago para celebrar el triunfo de su selección.
Sin embargo, en medio de los festejos se produjeron violentos disturbios que afectaron principalmente al transporte público, donde 500 microbuses resultaron dañados y unos 40 conductores sufrieron lesiones de diferente gravedad.
'Al margen de las medidas adoptadas para reforzar la seguridad, nunca será posible tener un policía al lado de cada ciudadano para evitar desmanes. Por eso reiteramos el llamado a celebrar de forma alegre y pacífica, porque la mayor responsabilidad radica en los propios ciudadanos', declaró hoy a periodistas el ministro portavoz, Álvaro Elizalde.
'La gran mayoría de los chilenos ha celebrado en un ambiente familiar y pacífico, pero desafortunadamente unos pocos han participado en actos de violencia que condenamos enérgicamente', agregó.
El miércoles pasado, una vez concluido el partido en que Chile venció y eliminó a España del Mundial Brasil 2014, miles de chilenos abarrotaron las calles de Santiago para celebrar el triunfo de su selección.
Sin embargo, en medio de los festejos se produjeron violentos disturbios que afectaron principalmente al transporte público, donde 500 microbuses resultaron dañados y unos 40 conductores sufrieron lesiones de diferente gravedad.
