Al ser consultado por el diario deportivo madridista AS, Vidal reconoce que “es cierto. Estuve en la cantera blanca hasta los 21 años, en el amateur. Once años en La Fábrica y gané dos Copas. Tuve de técnico a Toni Grande y coincidí con varios que sí llegaron al primer equipo como Cañizares, Maqueda, Aragón, Sastre, Herrera”.
Las lesiones le jugaron una mala pasada, pero gracias a ello se dedicó al deporte en el cual destaca hoy.
“Tuve que dar un paso atrás por las lesiones. Era un lateral derecho de la vieja escuela, duro. Eso hacía que tuviese muchos problemas físicos. Así empecé en el gimnasio, por las rehabilitaciones. Sinceramente, no tenía pasión real por el fútbol. El día que cogí por primera vez una mancuerna, me olvidé de la pelota. Había descubierto lo mío”, expresa.
Existen varias razones por las que Vidal prefirió dedicarse a esculpir su cuerpo y competir a grandes niveles en los músculos.
“En el culturismo, o bodybuilding, no dependes de un entrenador o de unos compañeros que te pasen la pelota. Lo bueno que eres es lo que siembras con tu propio esfuerzo y sudor. He de reconocer que siempre he sido muy independiente”.
Sobre su etapa de jugador, Vidal sabe que los valores aprendidos como canterano del Real Madrid le sirvieron en su carrera.
“Sigo muy agradecido al Madrid, a Toni Grande, a Laborda, a Fleitas… En el Madrid aprendí valores que enseñan en la casa, como la tenacidad, que me han ayudado como culturista. Cuando empecé y ahora que soy Míster Universo”.