2016-08-29
La Masía del Barcelona se caracteriza por ser uno de los mejores centros de formación de futbolistas en el mundo donde además de enseñarle a pulir sus condiciones, también muestran los
valores deportivos y humanos.
Muchos habían dudado si en realidad esos valores eran reales, pero ha quedado demostrado con el Infantil B del Barcelona que viajó a Tokio para participar en World Challenge Cup donde derrotaron al modesto Omya.
Al final del partido los niños japoneses comenzaron a llorar de forma desconsolada por la derrota y fue ahí donde se puso en marcha los valores de deportividad que tanto pregonan.
Adriá Capdevila, con 12 años y capitán de su equipo, saludó a sus rivales y les decía que no debían llorar, que solo era un partido de fútbol, les daba la mano, los abrazaba y les tomaba el rostro para tranquilizarlos.