La delantera española, Jenni Hermoso, diálogo con la revista GQ luego de ser nombrada “Mujer GQ del año” y habló sobre todo lo que ha atravesado tras ser campeona del mundo con la ‘Roja’ y por el beso no consentido que le dio Luis Rubiales, expresidente de la Federación, durante la celebración por el título.
“He tenido que asumir las consecuencias de un acto que no provoqué, que no había elegido ni premeditado. He llegado a recibir amenazas, y eso es algo a lo que no te acostumbras nunca”, lamenta la jugadora de 33 años.
Hermoso reconoce que ha recibido ayuda psicológica para poder sobrellevar la situación. “Tener que contarlo una y otra vez me estaba haciendo mucho daño. Pero sé que lo tenía que soltar de alguna manera. Sigo trabajando en ello con la ayuda de mi psicóloga, con la que llevo muchos años. Para mí, la salud mental es tan importante como el entrenamiento diario, como las horas que tengo que dormir para poder salir al campo. Gracias a ella me siento fuerte y no estoy derrumbada o pensando en no querer jugar más a fútbol”.
El polémico beso de Rubiales a la futbolista provocó que surgiera en redes sociales el movimiento #Seacabó que puso a Jenni como una referente feminista. La nacida en Madrid cree que todo esto sirvió para que mucha gente pueda entender lo que significa el feminismo.
“Con todo lo que ha pasado, creo que muchas de nosotras hemos sido más conscientes de lo que realmente significa la palabra ‘feminismo’, incluidas muchas amigas y familiares. Nosotras, en el fútbol, hemos vivido en primera persona la lucha por la igualdad. Nos han llamado caprichosas. Siempre se ha dicho que queríamos cobrar igual que los chicos y no era verdad. Me da mucha rabia que digan que el fútbol femenino no genera tanto como el masculino. Obviamente lo sabemos y nunca hemos pedido cobrar como ellos. Simplemente queríamos lo más básico: tener un salario mínimo, que se nos respetara y se nos diera la oportunidad de poder hacer algo muy grande. En cuanto la hemos tenido, hemos ganado un campeonato del mundo”, manifestó la española.
Hermoso dice que de todo lo malo también se pueden sacar cosas positivas. “Quiero que se me recuerde como una persona que ha querido dejar a España en lo más alto pero, sobre todo, como alguien que ha intentado que muchas mentalidades cambien. Por suerte o por desgracia, está esta historia, pero voy a aprender a aprovecharla positivamente para pelear por lo que creo que es bueno para la sociedad. El movimiento #SeAcabó debe traer una nueva era. Estos meses, con todo lo ocurrido, la mente se me ha ido un poco del camino del fútbol”.
NO SINTIÓ EL REPALDO DE LOS JUGADORES
También agradece todo el apoyo que ha recibido por parte de sus compañeras y rivales, además de algunas celebridades. “Agradezco muchísimo que tanta gente estuviera conmigo, con nosotras. Actrices, cantantes y futbolistas, algunas de ellas rivales con las que nos habíamos enfrentado en el Mundial, o la selección inglesa, a las que les ganamos la final. Todo eso me dio la fuerza para seguir y pensar que tenía que pasar por esto por todas. Hay muchas compañeras que necesitaban que alguien alzara la voz”.
Sin entrar en polémica, le hubiese gustado sentir más apoyo unánime por parte de los jugadores: “Entiendo que cada uno piense como piense y a mí también me encantaría poder centrarme solo en mi deporte, pero cuando ves situaciones injustas, tienes que estar de un lado o de otro. La gente me odiará o me querrá, pero tengo mi manera de pensar y no me importa decirlo abiertamente: el apoyo de ellos no sé si hubiera hecho todo más sencillo, pero desde luego nos hubiera ayudado mucho”.
REGRESO A LA ‘ROJA’ TRAS EL BESO DE RUBIALES
Después de ganar el Mundial con España, Hermoso se quedó fuera de la primera convocatoria de la nueva seleccionadora, Montse Tomé, pero luego fue llamada para la segunda cita.
“Fue un día bastante duro, volvía después de todo lo ocurrido. Tampoco había visto a mis compañeras, ni me había puesto la ropa de la selección, ni la camiseta con la estrella. Salí de casa tranquila, luego tuve algún bajón, pero en general trato de estar contenta. Para una futbolista, no hay nada más bonito que poder jugar para su país”, asegura.
La delantera del Pachuca confiesa que tanto en los malos y buenos momentos se refugia en Madrid. “Siempre que llego a España, lo primero que hago es ir a casa de mis padres. Vienen mis tíos y primos, veo a mi sobrina, comemos cocido... Soy una persona muy familiar”.
Para cerrar, Jenni Hermoso afirma que “siempre he vivido en un barrio humilde y es primordial tener en cuenta al trabajador. Gracias a este deporte tenemos una posición y podemos cambiar muchas vidas, aunque no seamos del todo conscientes. Ahora, como campeonas, se nos escucha más. A nivel personal, no peleo por un estatus. Para mí, mi vida es mi barrio, mi familia, mi gente, las cosas más básicas. Nunca haré nada solo por ganar más dinero. Poder luchar por esto es otro orgullo y ahí sí que quiero hacerme notar. Si tengo que poner mi cara para conseguir un cambio, adelante”.