José Mourinho, actual entrenador del Fenerbahçe, se ha vuelto a encontrar en el centro de la controversia tras sus declaraciones en la rueda de prensa posterior al empate contra el Galatasaray.
La rivalidad entre ambos equipos turcos es bien conocida, y el enfrentamiento de esta jornada estuvo cargado de tensión, tanto dentro como fuera del campo.
Las palabras de Mourinho, siempre polémicas, han generado un gran revuelo y podrían acarrear consecuencias disciplinarias para el técnico portugués.
El derbi es tan fuerte que la Federación Turca de Fútbol intentó calmar las aguas contratando al árbitro esloveno Slavko Vincic, conocido por su imparcialidad.
“Agradecí a Slavko Vincic por arbitrar este gran encuentro. Si hubiera sido un árbitro turco, habría sido un completo desastre. En el banquillo del Galatasaray saltaban como monos tras cada decisión acertada”. Estas palabras fueron rápidamente interpretadas como racistas por el Galatasaray, quienes exigieron una respuesta formal, pidiendo que se abriera un proceso penal contra el entrenador portugués.