Formado en el club de Bruselas, el más laureado del país, Kompany regresó a sus filas en 2019 procedente del Manchester City, con la función doble de jugador-entrenador.
Vercauteren, por su parte, ejercía como técnico principal del Anderlecht desde el pasado mes de octubre.
Las repetitivas lesiones de 'Vince the Prince' (su apodo en la Premier League) impulsaron al capitán de los 'Diablos Rojos' belgas a dejar los terrenos de juego para centrarse en su labor desde el banquillo.
'Si no hubiera estado lesionado, habría continuado', declaró Kompany en rueda de prensa. 'No quiero que la ambición sea inferior al título de campeón. Estoy aquí para ganar', añadió con determinación.
'Quiero comprometerme plenamente en mi papel de entrenador y necesito el 100% de mi tiempo para concentrarme en esa función. Quiero permanecer en el club durante el menos cuatro temporadas y demostrar que el Anderlecht puede jugar un estilo de fútbol moderno, con resultados', había explicado anteriormente Kompany en un comunicado.
Pero el belga tiene tarea por delante. La pasada temporada, el Anderlecht finalizó en octavo puesto la Jupiler Pro League, su peor clasificación en casi medio siglo. Esta temporada suma cuatro de los primeros seis puntos en juego.
UN CLUB EN CRISIS
El club, adquirido por el empresario belga Marc Coucke en 2018, vive asimismo una crisis económica que le impide fichar jugadores de renombre.Además: El 11 del PSG para buscar el pase a la final de la Champions
Para reducir la deuda del club, el propio Kompany echó mano a su bolso. Marc Coucke dejó la presidencia el pasado mes de mayo, pero sigue siendo el principal accionista.
Después de sus inicios en el Anderlecht, Kompany pasó dos años en el Hamburgo alemán (2006-2008), antes de convertirse en referencia del Manchester City durante once temporadas, con cuatro títulos de la Premier en su palmarés.
Además, lució la elástica de la selección belga en 89 ocasiones, siendo semifinalista del Mundial de 2018 en Rusia.