Tenemos claro que no todas las argollas son malas, pero el fenómeno que se ha dado en el interior de los combinados catrachos es que los círculos que se forman son negativos, faltos de amor por la camiseta, buscando mandar e imponer sus reglas, pensando mas es lo beneficios monetarios y olvidándose de cambiar la historia para dejar de ser mediocres o los peores de torneos importantes.
Hemos estado faltos de una verdadera unidad, de valores y principios, de jugadores y seres humanos íntegros buscando y respirando un solo objetivo.
PISTEROS
Pero no todos son pisteros, como los señalamos, aunque algunos lastimosamente terminan involucrándose ante la presión de sus compañeros.
Parte de la culpa la tienen los directivos, esta ambición no solo es de los jugadores, al contrario, ellos emulan y siguen los pasos de los mercenarios mayores, quienes suelen recibir mejores beneficios que los propios protagonistas.
Me pregunto, cómo es posible que los federativos son mejores atendidos que los propios jugadores que son quienes consiguen la clasificación.
Qué sentirán los jugadores al ver cómo las 'reinas' de la Federación disfrutan de los mejores tours, van a los estadios mundialistas a sacarse fotografías, mientras ellos trabajan bajo un intenso sol. Cómo es posible que se viaje sin acordar premios ofreciéndoles cantidad menor a lo del mundial anterior cuando la FIFA entregó más dinero para participar en Brasil 2014.
Claro, todo eso cala en el jugador, duele, y hace que se olviden el amor por la camisa, y busquen también sus beneficios económicos.
Cuando hablo de no más argollas en la Selección Nacional, no solo me refiero a los jugadores negativos al interior de la Bicolor, sino a las grupos que arman los federativos, formado por los amigos, familiares y parejas, quienes son los que disfrutan de las mieles del éxito, mucho más que los propios protagonistas.
Si queremos cambios, debemos de hacer cosas distintas, limpiar nuestro fútbol, sacando las pirañas de la Selección y Federación, sino, tendremos más de lo mismo.