“En el papelón olímpico que coronó el fútbol argentino, hay un ranking de responsables que no acepta discusión. Los máximos culpables son TODOS los dirigentes. Aquellos que heredaron la conducción de la AFA apenas falleció Grondona. Aquellos que no se plantaron frente a los técnicos de sus equipos para que cedieran a los futbolistas citados primero por Gerardo Martino y ya de última por Julio Olarticoechea...”, escribió en su columna de opinión.
Y siguió: “Reconocida su predisposición para subirse a un barco a la deriva, condenado al naufragio, el Vasco Olarticoechea no ayudó con sus dislates tácticos. En un equipo vacío de trabajo por las condiciones que se presentaron, lo más lógico habría sido apostar a un esquema clásico, ordenado, no tan abierto, sabiendo que los de arriba en algún momento se inspirarían. Sin embargo, Argentina resultó una versión descompensada y atrás padeció contra todos los rivales”.
Finalmente critica duramente a los jugadores argentinos quienes juegan en los mejores equipos del mundo como PSG, Atlético de Madrid, Westa Ham United, Villarreal y llamó “modesta” a la Selección de Honduras.
“Al entrenador designado de urgencia, no lo ayudaron sus futbolistas. No pudieron Angel Correa, campeón de América con San Lorenzo en 2014 y hace rato en el Atlético de Madrid; Jonathan Calleri, goleador de la Libertadores con el San Pablo y contratado por el West Ham inglés; Giovanni Lo Celso, diamante de Central recién transferido en 15 millones de dólares al PSG francés; Cristian Pavón, titular y con dulce actualidad en Boca; Cristian Espinoza, desequilibrante en Huracán y capturado hace unos días por el Villarreal de España, que pagó la cláusula de rescisión de 5 millones de euros...”
“Los jugadores tampoco estuvieron a la altura de sus currículums. La despedida fue frente a la modesta Honduras, que sólo tiene a Anthony Lozano jugando en el exterior. En el día de la eliminación, pero también antes contra Portugal y la débil Argelia, no supieron expresarse de acuerdo a su jerarquía Correa, Calleri, Lo Celso, Pavón, Espinoza... Ahí sí no hay culpa de los dirigentes”, sentenció.