En la Federación Nacional de Fútbol de Honduras están parados y sin ánimos de nada. Es lo que se percibe. Mientras otras selecciones convocan Sub-20 pensando en el campeonato de la categoría, otras, como la “H” siguen estacionadas.
Y ese es el caso de una Honduras que todavía no despierta y no hay algún plan diagramado para encarar el Campeonato Sub-20 de Concacaf que definirá la clasificación al Mundial de la categoría y a los Juegos Olímpicos de París 2024; si lo hay, no lo han dado a conocer.
Eso ha hecho que selecciones se adelanten y “roben” jóvenes figuras de sangre hondureña que pertenecen a clubes de la MLS como recientemente lo hizo El Salvador.
Gerson Pérez, seleccionador de la Sub-20 giró una convocatoria para trabajar en un microciclo del 24 de febrero al 6 de marzo y en la cual incluyen tres futbolistas de sangre catracha que eran futuribles para la Selección de Honduras.
Pérez llamó a La Selecta a Erick Monge, un defensor central de 18 años y de buen porte que pertenece a las reservas del Houston Dynamo.
El segundo jugador que bien podría sumarse a Honduras pero El Salvador se adelantó es con Anthony Ramírez, un mediocampista de 17 años que ya se enfundó en los colores salvadoreños y pertenece al Philadelphia Union. Su papá es hondureño.
Y el tercero es el también volante Róbinson Aguirre que es parte del Colorado Rapids de la MLS, que de hecho, fue inscrito en la primera plantilla del club norteamericano. Aguirre ya sudó los colores de La Selecta.
BUSCAN A UN CUARTO
El Salvador quiere nutrirse de este tipo de futbolistas y buscarán un cuarto jugador de sangre catracha que juega con el FC Cincinnati y éste sí es nacido en Honduras.
Hablamos de Darrel Turcios, mediocampista de 17 años que de hecho ya tuvo sus minutos con el equipo de primera. El habilidoso jugador nació en Estados Unidos pero su madre es salvadoreña y su padre hondureño.