Liga Nacional

Donis Escober y su nueva vida en el campo, lejos del fútbol y en medio de vacas, terneros y caballos

El ex portero del Olimpia disfruta su nueva faceta, donde por las mañana debe asistir al corral, allí lo esperan sus vacas, terneros, caballos y machete, que son parte de la aventura cada día en San Ignacio, tierra que lo vio nacer.

2021-03-19

Lejos de las canchas y sin sus guantes en manos, los rayos del alba pintan la nueva vida de Donis Escober, quien después de retirarse del fútbol (en junio de 2019) ha emprendido un camino diferente en su andar diario por el campo en su natal San Ignacio, Francisco Morazán.

Tras recorrer un ruta de 111 kilómetros en medio de una madrugada muy fresca y lluviosa, llegamos al encuentro con el famoso 'Pimpollo', quien se conducía al son de los pasos de las herraduras de Marinero, un caballo que lo traslada en sus recorridos por sus propiedades.

Con su sombrero stetson, camisa manga larga y sus burros adornados por las espuelas que apresuraban el paso de bestia, así vislumbramos al exportero del Olimpia, quien se mostraba totalmente irreconocible al experimentado y conocido campeón que defendía el marco de los merengues.

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Mientras Spy, el perro que cuida sus pasos, Escober nos saludaba y nos invitaba al recorrido de su nueva faceta tras el adiós de las canchas.



'Esta es mi nueva vida, es una nueva faceta, ahora me dedico al campo en mi pueblo, en las propiedades trabajando diferente, ya el fútbol como jugador quedó en el pasado y estoy disfrutando de esta nueva etapa ', comenzaba a contarnos.

Con un giro totalmente diferente al que le hacía el balón en los terrenos de juegos, las mañanas para Escober se pintan diferentes que hace dos años atrás cuando aún defendía el marco de los leones.

Foto: Diez

Donis hoy disfruta su nueva vida y cumple el sueño que anheló desde que era un niño para darle felicidad a su padre. Reportaje gráfico: David Romero

'Me levanto todos días a las 6:00 de la mañana, ya no pensando en buscar ropa para entrenar, sino para ir a trabajar al monte, ver los animales, arreglar los potreros o lo que toque hacer, ya en la tarde llegó al hogar a descansar'.

SUS MAÑANAS SON EN MEDIO DE VACAS, TERNEROS Y CABALLOS

Mientras los terneros braman por un poco de leche de las vacas, Escober se suma a apoyar a don Salatiel, su padre, quien junto a un trabajador se encargan del ordeño diario del ganado.

La vida no fue nada fácil en la niñez del exportero merengue, quien tuvo que luchar y rasparse en los terrenos de juegos y de esa manera llegar a cumplir su sueño y el de sus padres.

'De joven trabajé en una hacienda con un tío y me encantaba, mi abuelo fue ganadero y el hecho de ver que otra gente tenía, pero nosotros no, fue un sueño y me lo propuse desde pequeño de que algún día íbamos a tener nuestras propias propiedades. Mi papá trabajaba en tierras ajenas, alquiladas y eso me dolía. Con el tiempo fuimos comprando casas y vacas, ya que me encantaban, gracias a Dios tenemos un par de vaquitas. Ojala Dios nos siga bendiciendo'.

Mientras los rayos del sol irradiaban con mayor fuerza la mañana el corral de ordeño, Escober se acercó a su mochila, la misma en la que cargaba sus implementos deportivos en muchos entrenamientos, ahora le sirve para llevar los ingredientes con los que prepara sus desayunos, donde sorprendió con un botellita del famoso tapón amarillo.

'Este es el desayuno de todos los días. Leche con semita, es sabroso. Allá (Olimpia) no me daban permiso y esta es la libertad que tengo ahora. Azúcar, un par de gotas de guaro para que agarre sabor, más caliente. Un amigo me lo enseñó y desde que me mostró, me gustó y es la costumbre que tengo. Siempre el guaro ahí camina y me dura mucho, puro (el alcohol) no me gusta, solo con leche', dice mientras saborea cada trago de leche con semita.

Escober confiesa que hoy en su mochila no le falta su botella de guaro porque le gusta combinarlo con azúcar, leche y comérselo con pan.

Donis ganó muchos mano a mano con grandes delanteros de la Liga Nacional, pero ahora fuera de las canchas no estaba del todo preparado y Diez aprovechó la visita para lanzarle un reto de ordeño al periodista Carlos Castellanos. El ex portero merengue jamás imagino la dura batalla que le espera y seguramente su derrota le dolió menos que esos clásicos ante Motagua.

El 'Pimpollo' es claro que pese a sus dos años en su vida de campo, el ordeño no es su fuerte y aunque al menos lograr sacar el vaso que consume cada mañana para su desayuno, tiene una persona que se encarga de dicha labor.

'Más o menos, pero cómo está el trabajador, es la especialidad de él y cada quien tiene su propio lechero. Yo me dedico a estar pendiente de las propiedades, si hay un animal enfermo buscar la medicina y si hay que hacer cosas extras en la ordeñada, pues a mí me toca. El trabajador y mi papá está pendiente de la leche, ya lo otro en comprar comida y los pastos soy yo'.

Después de su fama por ser el uno de los jugadores con más títulos (16) en la Liga Nacional y ahora emprender una vida en el campo, el ex portero de los blancos deja claro que la vida no siempre es como la pintan, el trabajar de sol a sol lleva a veces más sacrificio que las mismas ganancias.

'Esto es para gente luchadora, es una forma de sobrevivir, aquí no es que se mira la gran cantidad de dinero. Gracias a Dios se saca poco, para la comida y al final uno no lo hace con el objetivo de ver la gran cantidad de dinero, sino porque me gusta y un sueño de tener mis animalitos, propiedades. Ahora yo soy mi propio jefe y decido que hacer, para dónde agarrar. No hay que confundirse que esto es para hacerse millonario, si hay gente que lo es, pero nosotros somos luchadores y vivimos el día a día'.

Después de una lucha por inyectar a uno de sus terneros, Escober recuerda un poco lo duro que ha sido su pasado y lo que ha tenido que transitar para lograr lo que hoy tiene.

'Cuesta, la verdad que son procesos. Comencé con tres vacas, luego compraba dos, luego otras tres y hasta que llegué a tener unas 20 y de se fueron reproduciendo, ya ahora la cantidad va más arriba'.

Mientras don Salatiel sigue dando concentrado a las vacas, Donis, explica el destino que tiene la leche que produce cada día de su ganado.

'La leche se vende, aquí hay bastante gente que la compra, ellos la vienen a traer y procesan el producto. Al final la ganancia se la lleva el productor de la mantequilla o cuajada, nosotros es muy poco porque no se paga muy bien. Gracias a Dios con lo que se saca se pueden pagar trabajadores, darle mantenimiento a las propiedades y queda un poco para el fresco. Ahorita se están sacando 100 litros porque es verano, ya en invierno se sacan de 200 a 250 botellas, pero depende de la cantidad de vacas en producción'.

Más allá de la tranquilidad que se pueda tener en el campo, donde el canto de los pájaros se convierten en música al oído, las responsabilidades que conlleva no son nada fácil.

'Hay que estar pendiente todos los días, en ocasiones se enferman, hay que estar pendiente del agua, las propiedades bien cercadas. La verdad no es fácil, ni los domingos descansa uno, pero lo disfruto, me encanta y sobre todo que era un sueño tener lo propio y Dios me lo dio'.

TAMBIÉN ES UN APASIONADO POR LOS CABALLOS

Luego unas horas entre el ordeño, disfrutar del sabor de la leche y apartar las vacas de los terneros, el camino a pueblo nos esperaba, y fue en se momento en que Donis aprovecha para contarnos de su otra pasión en su vida de campo.

'A mí me apasionado andar montado a caballo y hay lugares que uno no puede ir en carro, cuando voy al cerro, tengo que ir en caballo, ya que es un lugar largo y no entre otro medio de transporte, pero lo hago porque me gusta andar montado y se necesita en la ganadería para andar arriar animales. Es otra de las cosas que me apasiona'.

Por su estilo de montar a Marinero, sus burros, sus espuelas y su sombrero, quedó demostrado que el amor por bestias de Donis Escober no es algo nuevo, sino que fue algo que había heredado desde su niñez.

Foto: Diez

Donis Escober confiesa que desde niño fue un apasionado por los animales y que Marinero, su caballo, era propiedad de Eduardo Maldonado.

'Esto es desde niño, mi papá fue una persona que tuvo bestias y lamentablemente cuando estaba en el fútbol no se daba la oportunidad, pero ahora monto todas las semanas y me encanta, lo disfruto y es algo que traigo desde pequeño'.

Además, reveló antes de montar a su bestia, que esta debe de andar bien equipada. 'Hay que andarlo protegido con freno, jáquima, peleros. Un buen caballo es caro, este es bueno, ya está viejo, pero en su momento fue bueno. Al muchacho que se lo compré lo adquirió en una hacienda de Eduardo Maldonado, viene de buena escuela y calidad. Anda bien montado cuesta'.

En medio de algunas colinas y una laguna que adorna el corral de las vacas de Donis Escober, al fondo se visualizan dos caballos más, mismos que forman parte de colección.

'Tengo cuatro y ahorita compré otro. Por ahorita este es el que más me gusta, el otro que compré me gusta, pero está pichón (tierno), pero aún no lo he traído. Este se llama marinero, tiene de peruano y es el que más me encanta'.

Desde el encuentro con el ex portero merengue hasta la despedida de nuestra visita, la compañía y protección fiel de spy, su mascota de no le puede faltar.

'Tengo mi perro que se llama Spy y George, aquel se quedó en la casa y siempre andan conmigo, el perro es el amigo leal que no se despega de uno'.

LA FAMILIA DISFRUTA LA PRESENCIA DE DONIS FUERA DEL FÚTBOL

Luego de dos años de vivir una vida de campo y apegado a su hijo mayor, los padres y esposa de Donis Escober no ocultan la paz y felicidad que les genera poder tenerlo más de cerca y sin la presión que les generaba los partidos.

Salatiel Escober (Padre)

'Esto (vida de campo) le gusta, es un fanatismos que lo tuvo desde antes, en su niñez, yo trabajaba en el campo y él me ayuda a ir a dejar comida, desde ahí quedó con eso, pero después le salió lo del fútbol, pero ahora ha regresado acá a darle continuidad a algo que le gusta. Aquí trabajamos juntos, nos divertimos y la pasamos bien'

'Cuando él jugaba fútbol yo sufría porque quería que todo le saliera bien. Sufrí con la lesión de su clavícula, creo que fue en el Paraíso, pero gracias a Dios le fue bien y ahora aquí estamos trabajando juntos como familia'.

Foto: Diez

Rodeado de sus padres, hermanos y su esposa, la vida fuera del fútbol le ha quitado la presión- Fotos: David Romero

María Izaguirre (Madre)

'Estoy más feliz, bendecida, relajada, tranquila, esa presión ya no la tengo. Él era feliz y al verlo jugar me sentía tranquila también porque ese era un don que el señor le ha regalado. Le doy gracias a Dios que cumplió algo que deseaba y sé que a él le hace falta. El aficionado a veces es grosero, no entienden que a veces ganar y perder. Ahora ya no me suenan los oídos'.

Liliam Escober (Esposa)

'La vida es totalmente diferente, pasa relajado, haciendo lo que le gusta. Al inicio el cambio fue algo drástico porque él venía de vacaciones a estar con su familia y ahora estar de llenó acá ha sentido el cambio. Hoy las tensiones ya no las extraño y le digo que ver el fútbol para mí ahora es diferente, las sensaciones, nervios, es indescriptible. Ahora toda la familia siente esa tranquilidad'.

SUEÑA CON VOLVER COMO ENTRENADOR DE PORTEROS

Luego de haber colgado los guantes, tomar el machete y disfrutar en el campo, el regreso a las canchas parece no haberlo olvidado, un nuevo sueño se le puesto en el camino y deseo hacerlo realidad.

Tras un recorrido por las calles de San Ignacio y una visita al estadio donde comenzó sus primeros pasos con Pimpollos, los recuerdos de sus grandes hazañas volvieron a su mente y fue en dicho lugar que reveló su nuevo desafío.

'Tengo otro sueño de volver a meterme en el fútbol, pero como entrenador de porteros y ese es otros de los sueños, este ya lo tengo aquí. Ahora que estoy a dos años de mi retiro, mi idea es volver y dirigir en Olimpia los porteros, me gusta, se siento sabor. Ya estuve en las reservas con los muchachos y me encantó. Me estoy preparando, aprendiendo y ojalá Dios me de esa oportunidad de volver y sobre todo en Olimpia que es el equipo que amo'.

Tras muchos años bajos el marco del viejo león, las historia de aquel 'pimpollo' que comenzó su carrera en las canchas de tierra, donde creció y se convirtió en uno de los más ganadores de la Liga Nacional, ahora esa experiencia la quiere compartirla con las demás generaciones.

'Creo que en todo mi trayectoria aprendí y me gusta enseñar, siempre le ayudé a los jóvenes y soy de esas personas que me gusta. Quiero brindar lo poco o mucho que aprendí de lo bueno y malo'.

La buena relación y su gran comportamiento con la directiva del Olimpia, le han abierto las puertas abiertas del Olimpia ya que tendrá unos días para suplir a Sergio López (preparador de porteros) quien se marcha a colaborar en la Bicolor.

'Están las puertas abiertas, Osman (Madrid) ya lo sabe y siempre estaré agradecido con los directivos, esos 20 años que me dieron la oportunidad no es a cualquiera y estoy agradecido y con don Rafa (Ferrari) QDDG y se portaron a la altura conmigo'.

Con más de una docena de títulos logrados en la historia de la Liga Nacional, siendo el portero más ganador, ahora sigue con una vida de sueños en el campo, donde el canto de los pájaros, el bramido de los terneros, las vacas y montar a caballo, se han convertido en su nueva faceta totalmente diferente a sus grandes hazañas en el marco de los merengues.