La historia es como la de muchas personas que les ha pasado lo mismo, los padres por querer darle lo mejor a sus hijos tienen que emigrar a Estados Unidos para sustentar a la familia.
Cuando apenas era un bebé de un año de edad, don José Gerardo Alvarado tomó la decisión de viajar ilegalmente al país norteamericano para mantener a su familia, ya que su situación económica era difícil y buscó la manera de poder darle alimentación, vestuario y techo a sus hijos.
“Cuando yo tenía un año de nacido, mi papá tomó la decisión de emigrar, mi mamá había quedado embarazada, pero siempre gracias a Dios ha estado ella, que es la que ha sido todoterreno, lo ha hecho todo y nunca nos habló mal de mi papá a mis hermanos y a mí', agregó.
'Por cuestión genética nosotros somos buenas personas, no le tenemos rencor a nadie ni a nada por el estilo, mi padre siempre tuvo comunicación con nosotros, solo estaba esperando arreglar la situación migratoria para venir al país sin ningún problema y claro que nosotros lo recibimos con los brazos abiertos y muy contentos por conocer en persona a mi papá, algo sorprendido pues no me había criado con él”, comentó.
“Con lo de las redes sociales ahora todo es más fácil de buscar una comunicación, la verdad que él siempre estuvo pendiente del equipo y me ha aconsejado, mi mamá era la única que sabía que mi padre vendría, y de plática en plática le fuimos sacando la información y fuimos todos al aeropuerto a recogerlo”, dijo.
EL GRAN MOMENTO
Alravaro relató ese instante cuando todo ocurrió: 'Una vez todos reunidos, fue algo extraño, pues algunos le llamaban papi, abuelo, pero tanto él como yo somos bien extrovertidos, pero después fue súper fácil entablar una conversación, cuando llegó como a las 12:00 de la noche, no parábamos de hablar y hablar, pues teníamos muchas cosas en común'.