Liga Nacional

Javier Martínez: Excampeón con Motagua, pero el coronavirus lo tiene prácticamente en la quiebra

El exfutbolista hondureño ha tenido que despedir a sus ocho empleados y no ha podido darle dinero a sus hijos más que una vez durante la pandemia.

2020-06-17

Desde hace tres meses la realidad de todos los hondureños cambió. Entre miles de personas contagiadas y cientos de muertos en todo el país, el drama que vivimos es terrible.

El virus a cada quien lo ha golpeado a su manera, pero en esta ocasión les contamos la historia de Javier Martínez, exseleccionado nacional, exjugador del Victoria y excapitán campeón con el Motagua.

Martínez ha sido alcanzado fuertemente por el covid-19. En los últimos años se ha dedicado a ser un microempresario del entretenimiento en la zona litoral de nuestro país

Con la alerta roja que vive el país desde el pasado mes de marzo, en La Ceiba, una de las ciudades con un foco de contagio, la economía, mayormente sostenida por el turismo, se ha ido abajo.

La famosa “Zona Viva”, sector donde está la mayor parte de los negocios que le dan vida a la noche ceibeña, ahora mismo están en una situación precaria.

Foto: Diez

La entrada a Mayer Sport Bar, luce deterioada después de los tres meses de inactividad.

Estos negocios y para el caso de Javier Martínez, es su principal fuente de ingreso. En el sector hay restaurantes, hoteles y otros negocios, entre ellos el 'Mayer Sport Bar', una propiedad que se convirtió en sueño hecho realidad para el exjugador en los últimos 10 años, luego de su retiro.

La emergencia sanitaria mundial por covid-19 ha obligado a emprendedores como Martínez a cerrar sus establecimientos llevando al poco de la ruina y descuido del mismo.

Caminando por el lugar se observan las cadenas que privan tu ingreso, los hermosos muebles tatuados con polvo y las mesas arrimadas una tras otra. Aquí es pura tristeza. Ni siquiera se recuerda la última noche de fiesta y de ingresos para el dueño y su familia.

“Esto ha sido una situación difícil a nivel mundial porque a todos nos ha afectado, pero también es de mucha reflexión y de darnos cuenta de ser solidarios. Todos estamos lamentando esta situación, pero Dios nos ha puesto una situación complicada para todos”, relata Javier Martínez con mucha tristeza.

UN PROYECTO SOÑADO

Después de su retiro quiso invertir en un negocio que significara el sustento para su bolsillo, pero con la pandemia los recursos se han hecho cortos llevándose consigno a sus ocho empleados.

“Hay gente que dependía de este negocio y tienen menos recursos de los que uno puede tener; no te digo que yo tengo, porque yo dependo de este negocio y si esto no produce, no tengo. Los que laboran conmigo, tampoco tienen”, explicó.

Foto: Diez

La Ceiba vive mucho del turismo, pero en estas fechas de cuarentena nadie sale y los bares son los últimos negocios que abrirán según las fases de reapertura.

Algo que deja en claro es que “después de jugar fútbol decidí emprender, tuve la oportunidad de hacer otro tipo de vida en Estados Unidos. No gané grandes cantidades de dinero, pero para un asalariado estaba bien. No me quedan ahorros porque los invertí, pero gracias Dios que nos dio la sabiduría”.

¿VENDER SU NEGOCIO?

El coronavirus no ha sido el único causante de las grandes pérdidas económicas de su negocio, sino también que: “la situación que ha estado difícil en este rubro, lastimosamente la economía de La Ceiba se vino abajo hace unos 6 años y hemos estado -a coyol partido, coyol comido- ni siquiera un ahorro”.

Tres meses sin percibir ganancias de su negocio han llevado a la ruina a diferentes locales, inclusive hay quienes pensaron en deshacerse de ellos poniéndolo en venta para tener ingreso y pese a la incertidumbre de hasta cuándo volverán a operar, no es algo que esté en los planes de Martínez.

“No he pensado en vender porque creo que, si Dios me dio la oportunidad de tenerlo, no es el momento para venderlo. No porque el negocio esté bien, sino porque yo creo uno tiene que ser fuertes en momentos difíciles, si Dios nos ha dado la oportunidad de sobrevivir sin ningún centavo en la bolsa, creo que nos dará la fortaleza para continuar”, soltó.

Ante ello añadió que “se ve que será uno de los últimos rubros que se van a abrir, pero algo mejor vendrá, no sé qué es, pero me siento tranquilo”.

SUPERVIVENCIA

Pese a toda esta pesadilla, Martínez es un tipo fuerte, tal cual lo recordamos en la cancha de fútbol. Siempre ha enfrentado cada batalla con mucha valentía, aunque no esconde que “a veces con lágrimas en los ojos” se va la cama “porque te encuentras en la disyuntiva de -para dónde agarrás- más la situación que nos tienen de salir cada quince día, no sabes cómo proveer o buscar”.

¿Y qué hay del alimento diario…? “Hoy si no lo tengo, por qué me echaré a morir, si solo tengo un tiempo de comida, un tiempo se va a comer, pero la vida hay que disfrutarla igual”.

“Allí están mis hijos creciendo, hasta ahora solo una vez he podido darles dinero cuando comenzó todo esto (pandemia) porque no he podido proveer, pero la mamá ha sabido sobrellevar la situación”, manifestó con signos de nostalgia.

“Mañana seguramente será mejor que hoy, la estemos pasando difícil, Dios sabe a los guerreros que les pone su lucha”, cerró diciendo.

El fútbol le enseñó que en la vida nada es fácil y que, cuando los retos son más complejos, con fe y mucho trabajo, se resurge sin problema. Con esa premisa, Javier Martínez saldrá de esto, al igual que todos los hondureños y ciudadanos del mundo.