Liga Nacional

La nueva vida de René la 'Pupa” Martínez

René “La Pupa” Martínez dejó las canchas y ahora es experto en la cocina.

2013-01-23

No era su sueño, pero se convirtió en amo de la cocina por accidente. Su labor no es precisamente la más deseada para un hombre que demostró en la cancha, coraje, carácter y en su hogar siempre tuvo una persona que le hiciera los sagrados alimentos.

René “La Pupa” Martínez, aquel defensa recio, fuerte y que con su tan sola presencia metía miedo a los atacantes, ahora demuestra su talento en el arte culinario, donde armado con pantalón, más parecido a una tabla de damero que otra cosa, y una camisa blanca, día a día le pone sazón a todo lo que se consume en el Bistro Milano, uno de los más exclusivos restaurantes del área de Manhattan.

“Me siento bien en lo que hago ahora, aquí venimos a superarnos, ahora trabajo en Bistro Milano, donde mi jefe es también hondureño, yo soy el que preparo las cosas en el restaurante. De esto vivo porque del fútbol profesional ya no hay nada”, dice “Pupa” al iniciar esta conversación en la que nos muestra paso a paso su labor.

Cuchillo en mano y deshojando poco a poco cada uno de los vegetales que debe picar antes de que los chef de este sitio hagan su magia culinaria.

“A cada uno le llega la hora, mi mamá fue la que me trajo a Estados Unidos para arreglarme papeles, tuve la ventaja de venir a conocer y quedarme, aterricé aquí en 2007, mi primer trabajo fue en construcción, pero ya llevo tres años cocinando”, sigue.

APRENDER O PASAR HAMBRE
Martínez, quien es querido y adorado por sus compañeros de trabajo y descrito como un hombre a quien no le asustan los retos, admite que su labor no es pesada, pero es demandante, ya que nunca se descansa.

“Uno a Estados Unidos viene a hacer lo que en Honduras no podía o no quería, aquí aprendí este oficio. Yo me retiré joven, tenía apenas 31 años, de fútbol se vive, pero no toda la vida. Uno aspira a venirse a este país, yo quería estar acá y mi mamá me trajo y yo no le iba a decir que no”, comenta.

Aunque su vida se ha vuelto una rutina, él trata de sacarle el máximo provecho porque entiende que su familia depende de ello.

“Aquí madrugo mucho, me levanto a las 5:00 am, salgo 20 para las seis de mi casa, tomo el tren y entró a trabajar a las 8:00 am. Siempre y como parte de mi labor, debo tener todo listo para que los chef hagan lo suyo”.

No puedo decir que me mato como en la construcción, pero igual requiere de mucha concentración. Preparo salsas, pico condimentos, tomates, además ayudo a mis compañeros en cualquier cosa que me pidan”.

La cocina ahora es mi pasión, es tan linda como el fútbol, esta era una pasión escondida en mí”, dice Martínez mientras se echa una de esas carcajadas que pocas veces mostraba en un campo de fútbol.

UN SUEÑO AMERICANO REAL
Martínez se muestra feliz porque, a diferencia de muchos compatriotas, se ha librado de ese sufrimiento que a algunos los ha llevado a perder manos, pies, y ya puestos en Estados Unidos son discriminados.

“No he sufrido mucho, todo se lo debo a mi madre, a veces me da lástima cuando veo lo que otros catrachos pasan, pero uno tiene que tratar de hacer algo, he superado, muchas veces en Honduras uno sueña con estar en estos lugares, antes estaba en La Ceiba y ahora trabajo en medio de rascacielos”.

Por increíble que parezca, la “Pupa” es un experto manejando la tabla y el cuchillo, un tomate lo parte en 15 rodajas en menos de 30 segundos, una velocidad que asombra, pero en la que ha invertido muchas horas de práctica.

“Ya no le tengo miedo a estas cosas, si fui rebelde en la cancha, soy perfeccionista en la cocina. Hay algo claro, el que quiere venir a Estados Unidos es para darle lo mejor a la familia, yo extraño a la mía, a mi tierra catracha, aquí es bonito, pero mi Honduras es incomparable”.

La falta de recursos económicos, como en la mayoría de los casos, no fue lo que orilló a René a dejar atrás a su familia y a su amada costa.
“Yo no vine por necesidad, me salió la residencia y la tomé, si me negaba, quizás esa oportunidad nunca jamás se habría repetido”, reflexiona.

UN REY SUELTO EN NUEVA YORK
Moisés Martínez, un mexicano que comparte labores con la “Pupa”, indica que a pesar de no haberlo visto jugar, en lo que sí le ve talento es en las canicas. Y revela el apodo que le han puesto al ceibeño, ojo, no por la forma de moverse y demostrar sus cualidades en una cancha.

Aquí le decimos el rey Pelé”, dice, ¿Por qué?, le preguntamos.“Es que se parece mucho a Pelé cuando estaba chavo”, responde Moisés.

A estos halagos, el ex integrante de Vida y Olimpia, le lanza una sonrisa con un abrazo fuerte que acompaña una palmada en su cabeza.
“Me llevo tan bien con mis compañeros que ellos siempre me tienen presente, se tomaron el tiempo de compararme con un gran jugador, imagínate, si lo traslado a mi trabajo, me dicen el Rey Pelé de la cocina”.

ALGO MÁS...

SU FAMILIA: Son lo mejor que le da Dios en esta vida.

HONDURAS: Un país hermoso, incomparable.

VIDA: Una gran oportunidad en mi vida,

quiero mucho a este club por todo lo que me dio en mi carrera.

OLIMPIA: Un sueño cumplido.

EL FÚTBOL: Mi gran pasión.

EUA: Un lugar para superarnos y darle
lo mejor a nuestra gente.

EN UN MINUTO

¿CUÁL ES EL MOMENTO MÁS ALEGRE QUE PASÓ EN EL FÚTBOL?
“Siempre me entregué a fondo cuando jugué, nunca me quise ir del Vida, pero cuando Olimpia me fichó, me dije: ‘hey, esto es todo lo que el resto de jugadores desean y yo lo logré’”.

¿ERA MACHETERO EN LA CANCHA?
Jugaba fuerte, pero nunca con mala intención.

ARTURO RENÉ DAVID MARTÍNEZ

Nació en: La Ceiba, Atlántida.

Fecha de nacimiento: 15 de diciembre de 1966.

Edad: 45 años.

Debut en el fútbol: 1984.

Hijos: 3, Júnior, Luis y Doris.

Retiro: 2002.

Equipos en Honduras: Vida y Olimpia.

Ya retirado ha jugado amateur en EUA con: Ceiba, Guapinol, Scorpion y Honduras Veterans Boston.

Trabajos en EUA: Construcción y cocina
Curioso fichaje por Olimpia: Chelato pidió a un jugador de apellido Martínez que militaba en el Vida, le llevaron a “La Pupa”, pero Uclés quería a Norberto Martínez, también defensa, a quien fichó hasta el siguiente año.

LEGADO EN EL FÚTBOL:
“No lo dejo porque es mi pasión, no me olvido de este deporte, el amor que siento por la que fue mi profesión, no se deja así nomás. El retiro a todos nos llega, lo importante siempre es haber dado todo por tu equipo, poniendo primero el amor a la camisa, que al dinero”.

ADEMÁS

¿Cómo maneja sus finanzas?

“Muchos jugadores no hicieron lo correcto durante su carrera, yo por lo menos hice mi casa en La Ceiba,
aproveché el fútbol”.

¿Es feliz?
Mis hijos están bien, yo igual, entonces no hay por qué quejarnos.

¿Hay algún sueño que todavía le falte cumplir?
Traer a mi esposa a Estados Unidos, estar en este país sin tu mujer es difícil. Otro es perfeccionarme como cocinero. En un futuro quiero poner mi propio restaurante en Honduras”.