En su reciente visita a la Honduras del Inter de Miami, los jugadores del equipo de la MLS, encabezados por Lionel Messi, se llevaron una tremenda sorpresa cuando vieron a un grupo de aficionados merengues, animando en las gradas.
Y es que las estrellas de la MLS no están acostumbradas en Europa a ver tremendo show como el que armó la Ultrafiel en el sector sur del estadio Olímpico. Resulta que Sergio Busquets se percató de que un grupo de aficionados hacía algo en las gradas, de inmediato de lo dijo a sus colegas.
Fue entonces cuando Messi levantó la mirada mientras estaba en la banca y expresó: “Es un bombo”. Y sí, La Pulga se sorprendió al ver como un nutrido grupo de fanáticos olimpistas cargaban el pesado instrumento y dos de ellos lo golpeaban para poner el ambiente en las gradas.

De inmediato se formó una conversación entre las tres estrellas del Inter Miami. Fue sorpresivo ver la cara de Sergio Busquets al ver el bombo tan grande. Luis Suárez hasta inclinó su cabeza para verlo mejor. Los fanáticos olimpistas le dieron tremenda sorpresa a los jugadores porque sin duda, es uno de los bombos más grandes del mundo que ingresa a los estadios.
El instrumento es tan pesado que tienen que cargarlo entre más de 10 hombres, además, para subirlo a las gradas lleva mucho tiempo ya que lo cuidan muy bien. Y mientras entonan cánticos a su amado león, dos fanáticos se ocupan de tocarlo mientras otro numeroso grupo pone su espalda para cargarlo y que marque el ritmo de la Ultra, la barra organizada de Olimpia.
De esta forma, Messi se dio cuenta de que en Honduras se vive el fútbol, pues al final del partido agradeció por el trato recibido. La afición se comportó a la altura ya que el guardaespaldas del argentino, Yassine Cheuko, se mostró feliz ya que no tuvo trabajo. Se sorprendió que ningún fanático saltara a la cancha para abrazar a Leo, como pasa en Estados Unidos y otros países del continente.