La afición del Real España ha empañado una vez más un espectáculo deportivo con actos de violencia.
La barra del club al final del partido donde perdieron el título ante Motagua en el estadio Olímpico, se saltaron las vallas e ingresaron al terreno de juego apenas el árbitro pitó el final del encuentro.
Los futbolistas al ver la avalancha amarilla y negro salieron despavoridos hacia el sector de camerino buscando resguardarse, mientras el portero Marlon Licona al tenerlos a su lado guardó la calma y les pidió tranquilidad mientras caminaba hacia el centro del campo.
Los hinchas de la máquina se fueron hacia el sector sur y comenzaron a lanzar todo tipo de objetos a los aficionados de Motagua que buscaban irse a la parte alta del sector, otros decidieron salir corriendo del inmueble buscando irse hacia sus casos y no les permitieron ver la celebración.
Posteriormente, se escucharon cuatro disparos dentro del complejo, cuando a su vez los cientos de policías que finalmente aparecieron hicieron regresar a los inadaptados a la localidad de sol norte.
El único herido visto en escena fue un policía que cayó desde las graderías de la mencionada localidad cuando tuvo que enfrentar a los vándalos.
Esta no es la primera vez que la hincada del Real España es protagonista de este tipo de actos vandálicos por los cuales su dirigencia ha tenido que pagar multa y le ha tocado jugar a puertas cerradas o fuera del estadio Morazán.