Liga Nacional

'Soy pastor, no puedo alejarme de Dios”: Carlos Oliva

El mediocampista fue nuestro invitado en Con Sello Femenino.

2012-05-30

Al conocer a Carlos Oliva no me queda ninguna duda que es un hombre que sabe cuál es el propósito de su vida. Aparte de disfrutar su gran pasión el fútbol, él siempre encuentra el tiempo para su vocación: la palabra del Señor.

¿Siempre supiste que querías ser futbolista profesional?
Sí, desde muy pequeño sabía qué quería ser. Creí que podría llevar los estudios al mismo tiempo y poder sacar la carrera universitaria, pero la exigencia fue muy fuerte y no pude.

¿Qué te terminó de motivar?

La mayor motivación fue salir de la condición en que vivíamos. Siempre había lo suficiente en mi casa, pero queríamos estar mejor.


Contame de tu familia.
Gracias a Dios mis padres siempre han estado juntos, somos siete hermanos, dos mujeres y cinco hombres. Crecimos juntos todos. Cuatro ya se casaron.

¿Todos viven en San Pedro Sula?
Sí, porque somos una familia muy unida.

¿Cuál es el consejo que más recordás de tu papá?
Él en su momento jugó fútbol y siempre quiso que yo también lo hiciera. Sus consejos siempre fueron entorno a la humildad, también de tener una gran capacidad de soportar todo tipo de críticas, así como los buenos y malos momentos que se viven.

¿Y de tu mamá?
De guardarnos, de cuidarnos y sobre la honestidad. Ella pedía mucho el no ser desleal. Pidiéndome que de tener éxito que fuera por mérito propio.

¿Qué desencadena finalmente que te dediqués a un cien por ciento al fútbol?
Me fue bien desde el inicio, debuté muy pequeño, a los 15 años, y tenía un buen contrato con un equipo de Primera. Además, fui parte de las selecciones juveniles. Creo que cuando comencé a ver que podría y me di cuenta que estaba para cosas grandes, fue cuando tomé la decisión.

¿Pensaste en dejarlo alguna vez?
No, porque ya era una ayuda para la familia.

Te ha tocado vivir en Tegucigalpa, San Pedro Sula, La Ceiba y Puerto Cortés, ¿cómo es eso de andar de arriba para abajo?
No ha sido fácil porque donde llego al final no me gusta pensar que no voy a dejar nada, una huella. No terminas de establecerte en un lugar cuando tenés que ir a otro lado.

¿Qué ciudad te gustó más?
Después de San Pedro Sula, la ciudad que más me ha marcado es La Ceiba.

¿Tu novia es ceibeña?
Es de acá (La Ceiba)...

Cupido te flechó acá... Contame, ¿cómo se conocieron?
Fue cuando llegué, al tiempo busqué dónde congregarme y fue ahí, en la iglesia, que la conocí. Cuando entré, lo que me llevó de la puerta a la silla donde me senté, fue ella; clavé mi mirada cuando ella estaba sirviendo en el altar.

¡Qué romántico!
No lo pude evitar. Desde que la vi pensé en ella y que la tenía que volver a ver. No me fue nada fácil.

Contame...
Porque me fijé en la muchacha más linda de la iglesia. Dejé pasar un tiempo, a compartir con ella, a conocerla. Jesús no solo predicó, demostró y yo me apego a eso.

¿Qué te hace de ella sentirte tan cómodo y feliz?
Tiene un corazón muy sano, sabe perdonar. Me gusta todo de ella, cómo es, físicamente, pero además hay otras cosas que pesan más y sí pienso mucho en el futuro.

Ella te hace pensar en el futuro, eso es demasiado romántico.
Sí, eso...además a esto le sumo sus principios, más la familia que tiene.

Más los principios religiosos.
Sin duda.

¿Habrá boda?
Pues yo estoy con ella por algo desde el principio y ella lo sabe.

¿No se asusta?
No se asusta y es lo que más me gusta, ja, ja, ja.

¿Entonces sí?
Sí, estamos pensándolo.

Contame de tu ministerio
Es muy importante para mí, porque cuando uno tiene un propósito y un sueño, uno busca lograrlo. Entonces abrimos un ministerio y ya tenemos un año, es en Choloma.

¿Cómo hacías con el equipo?
Era bien sacrificado, gracias a Dios conté con el apoyo del equipo Victoria. Me permitían viajar y así poder estar en las dos actividades.

¿Cómo se maneja?
Es algo muy serio. Se requiere de mucho. Casi que todos mis ingresos van dirigidos a la inversión en pro del ministerio.

¿Qué lo hace especial?
Creo que es por lo que he aprendido. No basta solo con la palabra, es muy importante también lo que se le puede enseñar a la gente, cómo cambiar, cómo crecer y salir adelante. Jesús no solo predicó, demostró y yo me apego a eso.

¿Cómo te preparás?
Es algo que no elegí, no puedo decir que me preparo, Dios mismo te capacita para serlo. Debe de haber una pasión. A medida el tiempo pasa vi cómo sufrían algunos pastores, por las dificultades que puede traer el ministerio, pero para mí no ha sido ninguna carga. No me veo sin hacerlo y lo mejor es cómo lo disfruto.

¿Te sentís bendecido?
Sí, cuando veo los cambios en las personas, ver cómo se logra restaurar los matrimonios o cuando los jóvenes encuentran su camino; el éxito de alguien más, es el mío.

Como Pastor sos uno y como jugador, otro. ¿Te ha afectado en la cancha?
Soy pastor y puedo enojarme, lo he hecho algunas veces, pero en su mayoría trato de tener control, pero eso es más por el carácter que tengo. No debo alejarme nunca de Dios, mantener siempre el testimonio, aunque no sea fácil, por algún momento lo que sí no puedo hacer nunca es permanecer en el enojo, porque eso pasa.

¿Cocinás?
No.

Pero llevás mucho tiempo viviendo fuera de casa... ¿Cómo hacés?
Siempre he contratado quien me haga comida. Puedo hacerme un huevo, pero nada más, vergonzosamente no puedo hacerlo.

Espero que tu novia pueda hacerlo muy bien...
Sí, ella cocina delicioso. A ver si me enseña, esa es mi esperanza.

¿Te ha dejado buenos amigos el fútbol?
Qué difícil pregunta porque no quiero dejar a nadie por fuera. En Marathón a Berríos; a Wilmer Velásquez, que aunque no compartimos equipo, lo considero un gran amigo y siempre estamos en contacto. Víctor Coello, Jaime Rosales, Francisco “Chico” Pavón, la verdad que hay muchos...créeme.

¿La peor ofensa que has escuchado?

Yo no escucho nada de lo que dicen.

¿Algún partido que recordés?

Los de finales, sin duda.

¿Cuántos títulos has ganado?
Cuatro, uno con Real España y tres con Marathón.

¿Cómo sentiste el final del torneo?
Fue un buen cierre, tanto que hasta el último partido tuvimos la posibilidad de poder clasificar al repechaje, luego de pelear el descenso. Fue la misma motivación de que no pasara, que dimos más de nuestra parte.

¿Qué significa pelear descenso?
Pocas veces lo había hecho en mi carrera y es duro. Tener el peso del descenso lo priva a uno de divertirse en la cancha y demás porque se tiene un mayor grado de presión.

¿Cuál fue la clave?
Logramos unir el grupo dentro y fuera de la cancha.

¿Cómo ves la venta del Necaxa al Platense?
Mientras uno carecía de recursos para permanecer, el otro los tenía para comprar. Todo es válido, creo yo. Ojalá los directivos de Platense aprendan para que puedan mantener la categoría y permanecer en la Liga.

¿Qué opinás del bicampeonato de Olimpia?
Mis respetos para Olimpia, una gran institución. Nunca tuve la posibilidad de jugar con ellos, pero desde afuera el Olimpia inspira respeto, es un club donde la exigencia es al máximo. Felicito a los dirigentes, cuerpo técnico y jugadores.

¿Qué viene para vos?
Es un momento bien importante en mi carrera y quisiera tomar la mejor decisión. Vamos a esperar en estos días. Espero se abran más puertas y poder estar en un equipo donde podamos pelear cosas importantes.

¿Estás pesando en retirarte?
Todavía no, tengo apenas 32 años y me queda tiempo, pero eso lo decide Dios. Si él lo decidiera, yo lo aceptaría.

De no llegar equipo, ¿se concretaría tu retiro, entonces?
Pues me están llamando varios equipos y espero tomar, como te dije, la mejor decisión.

¿A qué equipo te gustaría ir?
Todos los que me conocen saben que tengo afinidad con el Marathón, por el trato recibido, lo ganado con ellos, más los amigos que forman parte del equipo. Si en la mesa me tocara decidir, pues me gustaría regresar. Ojalá en algún momento tenga esa posibilidad y si no, pues Dios se encargará de abrir esas puertas.