Tanto que, si hace unas semanas anunciaba baneos de por vida a aquellos usuarios que tengan en sus teléfonos apps para hacer trama con su aplicación (como las que simulan la dirección del GPS o falsifican los pasos recorridos), ahora la compañía ha encontrado en los usuarios con teléfonos rooteados o con Jailbreak su siguiente objetivo.
Básicamente, la próxima actualización de Pokémon Go, si detecta que el terminal está rooteado o tiene Jailbreak, bloqueará el uso de app, haciendo imposible jugar a Pokémon Go en el terminal, un método un poco drástico pero que, según parece, es más o menos efectivo para reducir las trampas que hacen los usuarios con el juego.