Detenida en febrero en Moscú, poco antes de la ofensiva rusa en Ucrania, con un vaporizador que contenía líquido a base de cannabis, la doble campeona olímpica se convirtió en un elemento más en la crisis geopolítica entre Rusia y Estados Unidos.
Su juicio se aceleró en los últimos días, mientras los dos países negocian un intercambio de prisioneros en el cual podría entrar la jugadora.
“El tribunal declaró culpable a la acusada” de posesión ilegal y de tráfico de drogas, declaró la jueza Anna Sotnikova, según una periodista de la AFP presente en el tribunal de Jimki, cerca de Moscú.
Como consecuencia de ello, la basquetbolista fue condenada a “nueve años de prisión en una colonia penitenciaria y a un millón de rublos de multa”, unos 16.000 euros o 16.350 dólares al cambio actual, añadió.
“Es inaceptable y pido a Rusia que la libere inmediatamente para que pueda volver con su esposa, su familia y sus compañeras de equipo”, solicitó el presidente estadounidense, Joe Biden, en un comunicado tras el anuncio del veredicto.
Los abogados de Griner anunciaron por su parte la intención de recurrir una condena que consideran “totalmente absurda”.
La jugadora escuchó el fallo de la jueza con la cabeza baja, encerrada en el habitáculo destinado a los acusados en la sala de audiencia.