Para aquellos que se sienten fracasados en sus repetidos intentos por bajar de peso, quiero comunicarles que el ayuno intermitente puede significar una efectiva herramienta para lograrlo.
El ayuno intermitente no es más que dejar de comer por un período de tiempo mayor al que nuestro cuerpo está acostumbrado. Sabemos que normalmente realizamos tres tiempos formales de comida durante el día, aunque con frecuencia algunos además ingieren algún tipo de alimento adicional entre las comidas principales.
Cuando uno se alimenta con mayor frecuencia durante el día, pero sobre todo cuando se ingiere una mayor cantidad de comida que la que nuestro cuerpo realmente necesita para poder realizar las funciones básicas en sus células y órganos, algo anormal comienza a ocurrir.
En primer lugar, el exceso de alimentos ingeridos es convertido en grasa por el cuerpo y se comienza a almacenar en sitios anormales que no deberían de existir en un cuerpo sano como ser en el abdomen primero, luego las caderas, muslos y brazos, para finalmente, si la ingesta anormal continúa, dentro de los órganos internos como ser entre los intestinos (grasa intra abdominal), dentro del hígado y en el corazón.
En segundo lugar, con el fin de disminuir la absorción de más alimento innecesario, el cuerpo se defiende enlenteciendo su metabolismo y eso explica el por qué es tan difícil bajar de peso, especialmente cuando la persona va fracasando con varios intentos de ponerse a dieta.
Lo que se necesita entonces es una medida radical para aumentar o resincronizar el metabolismo y es allí donde entra en juego el ayuno intermitente.
Está demostrado por la ciencia, que cuando el cuerpo es sometido a períodos mayores de ayuno a los que está acostumbrado, comienza a liberar unas hormonas especiales que poco a poco van despertando el metabolismo hasta llevarlo a su estado original de normalidad. Sin embargo, este proceso lleva su tiempo y debe ser estimulado continuamente a través de múltiples series de ayuno intermitente.
Actualmente, para resincronizar el metabolismo, se recomienda realizar de dos a tres sesiones de ayuno intermitente por semana en días no seguidos que pueden ser de la siguiente manera:
1. Ayuno de 16 horas desde la cena (8 pm) de la noche del día anterior, hasta el almuerzo (12 am) de ese día, es decir, saltarse el desayuno
2. Ayuno de 24 horas desde el almuerzo del día anterior hasta el almuerzo de ese día, es decir, saltarse la cena y el desayuno.
En la etapa de ayuno, lo único que debe de ingerirse es agua, pues otro tipo de bebidas o alimentos contienen glucosa y ésta evitará la liberación de las hormonas resincronizadoras del metabolismo.
Hay que tener cuidado de no ingerir inmediatamente al período de ayuno cantidades mayores de alimentos, pues a veces se tiende a compensar el ayuno con una comida muy copiosa.
Los beneficios demostrados del ayuno intermitente son la pérdida de peso de entre un 3 a 8% del peso inicial por cada 8 a 12 semanas.
Además, se ha demostrado que mejoran algunos otros parámetros involucrados en el riesgo cardiometabólico como ser los niveles de presión arterial, los niveles del colesterol malo (LDL) y triglicéridos, la resistencia a la insulina y la glicohemoglobina.
Así como restablece en ritmo circadiano, es decir, el ciclo sueño vigilia.
También está demostrado que cuando al ayuno intermitente se le agrega la práctica de un ejercicio vigoroso regularmente, se obtienen mayores y mejores beneficios.
El ayuno intermitente es una práctica relativamente segura que produce muy pocos efectos adversos gastrointestinales, neurológicos y hormonales.
Por Elmer López Lutz, elopezlutz@yahoo.com
