Las señales de identidad del Olimpia de Pedro Troglio eran muy marcadas, juego directo, ganar segundas jugadas y poca elaboración en el ataque posicional; así jugó un equipo por tres años consiguiendo todos los títulos a nivel a nacional.
El Olimpia de Pablo Lavallén pretende ser todo lo contrario, un entrenador que quiere que su equipo condicione al rival a partir de la posesión, generar un juego posicional adecuado con un buen ritmo en la circulación del balón, tener un bloque alto para generar presión tras pérdida y diferencias en la ubicación de cada jugador.
Para lograr eso, el staff técnico de Lavallén primero tendrá que convencer a sus dirigidos, que esta forma de jugar es también válida, que pueden llegar a sentir el juego de esta forma o volver a sentirlo, porque muchos de los jugadores del Olimpia que fueron formados en el fútbol base y en Reservas bajo esa idea de juego.
Lavallén tiene a su favor que los mediocampistas del Olimpia tienen las características técnicas, las capacidades ubicacionales y conocimiento posicional para jugar este fútbol; no solo sus mediocampistas, pero también sus extremos que ahora vemos en zonas interiores.
Pero todo lo escrito anteriormente, además de ser un proceso de conocimiento adquisitivo, también será reaprender para adquirir o volver activar esos hábitos, son dos ideas de juego totalmente antagonistas, en una se quiere el balón para llegar al gol y en la otra se busca ser directo para lograr llegar a la portería contraria; las dos totalmente respetables.
La adquisición de estos hábitos o el tiempo para reaprender dependerá de la capacidad de convencimiento del cuerpo técnico, de las tareas de entrenamiento significativas y de la voluntad para jugar de nuevo ese fútbol con el que muchos de ellos crecieron.
El fútbol es un juego donde el aprendizaje parte de una base no lineal, que busca generar emociones para alterar las capacidades de forma positiva, este es un proceso adquisitivo; al cual los jugadores del Olimpia están sujetos diariamente. Jugar este juego es mucho más que solo jugarlo, es lograr interiorizarlo para tomar las mejores decisiones y mientras esas decisiones vayan a dirigidas hacia una idea de como jugar o hacer las cosas los hábitos se irán formando.
Mientras el Olimpia de Pablo Lavallén sigue formando sus hábitos, nos vamos a leer hasta el próximo lunes.
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