“Es que ya comencé a hacer ejercicio doctor”, me dicen muchos pacientes cuando les manifiesto la importancia de bajar de peso para recuperar la salud.
Sin embargo, al tiempo en que regresar para su seguimiento y pese a que continúan haciendo ejercicio regularmente, vienen con algunas libras de más y muchos de ellos hasta vienen ya desanimados.
Generalmente la persona que se inicia en un plan de ejercicios con el objeto de bajar de peso nota más bien el efecto opuesto, pues en primer lugar el ejercicio produce un aumento de la masa muscular, la cual tiene un mayor peso mayor que la grasa.
En segundo lugar, el ejercicio genera un aumento del apetito del que, si uno no está consciente, puede llevarlo a comer de más, especialmente cuando no se tiene cuidado del tipo de alimentos que se ingiere.
Todo plan de ejercicios con el objeto de bajar de peso deberá, por lo tanto, estar acompañado de una dieta balanceada, es decir, saber escoger el tipo de alimentación.
La persona que quiere bajar de peso con el ejercicio debe de consumir una alimentación con mayor énfasis en las proteínas, las cuales se obtienen fácilmente de las verduras, los vegetales, los cereales integrales, las semillas como los cacahuates, almendras y nueces, las oleaginosas como los frijoles, lentejas y garbanzos, los huevos, la leche de soya o de almendras y algunas carnes menos perjudiciales como atún y salmón.
Pero también se debe evitar o moderar los alimentos que nos hacen engordar muy fácilmente como lo son los carbohidratos refinados a base de harina blanca y azúcar: pan blanco o dulce, postres, dulces, helados, bebidas gaseosas, pasta, papas fritas, pizza y arroz refinado (arroz blanco).
Otro error muy común del que se inicia en los ejercicios y que le impide bajar de peso es consumir licuados de frutas, bebidas hidratantes y bebidas energizantes, ya que contienen una gran cantidad de azúcar. Recordemos que, si usted realiza un ejercicio con una duración menor a una hora, no necesita reponer glucosa y electrolitos. Basta ingerir agua para hidratarse y calmar la sed.
Además del ejercicio y la dieta, una forma muy útil para bajar de peso es practicar dos o tres veces por semana el ayuno intermitente, que de una forma muy sencilla consiste en saltarse el desayuno para así tener 16 horas de ayuno que van desde las 7 u 8 de la noche del día anterior hasta el almuerzo de ese día, durante las cuales sólo se debe de ingerir agua. Claro, tampoco es que en ese almuerzo se va a comer el desayuno y el almuerzo juntos. Todo con moderación.
Por último, tal como lo mencioné en un artículo previo (ver, “El Ejercicio Improductivo”), si usted ya está practicando ejercicio, es importante que no sea siempre la misma actividad, sino que debe de practicar diferentes tipos de ejercicio que involucren todos los grupos musculares.
Por ejemplo, combinar caminar o correr con actividades tipo gimnasio, pues todos necesitamos fortalecer y tonificar nuestros músculos. Recordemos que todo en la vida requiere de disciplina y sacrificio, sobre todo con nuestro cuerpo en la prevención de las enfermedades degenerativas como la obesidad, diabetes, hipertensión, enfermedad cerebro y cardiovascular. Sólo se vive una vez.
Por Elmer López Lutz, elopezlutz@yahoo.com
