“El que cruza el jardín evitando el ángulo de 90 grados pisa la flor y llega más rápido; el que recorre el ángulo de 90 grados tarda más pero no daña las flores”, Marcelo Bielsa.
Seguramente él no se está esperando este texto, ni ustedes lectores; y es que posiblemente la vida con sorpresas sea mejor. Bueno, eso creo, eso siento, eso percibo y trato de hacer hasta cuando escribo.
El profesor Marlon Guerrero es un colega que procura el bienestar social del niño motivándolo a jugar a la pelota. Los quiere felices. Y ello lo están. Una combinación que no puede fallar, pelota más felicidad.
No tengo el honor de conocer personalmente al profesor Marlon Guerrero, pero él tiene por lo menos cinco meses de estar contándome como ha activado el fútbol base en La Lima, Cortés.
No solo se pronuncia a favor de que los niños y muchachos jueguen; organiza torneos para que ellos puedan estar en la actividad deportiva. Ha conseguido muchas cosas mediante la gestión, es políticamente correcto, se ha dedicado a promover el fútbol, para lo más urgidos de la pelota; y eso es sin duda digno de admirar.
Hubo un clásico este fin de semana y varios temas de los cuales escribir, pero sería ingrato de mi parte no mencionar y dedicarle un homenaje en letras a este héroe del fútbol base, como el profesor Marlon Guerrero, hay muchos más que están en la búsqueda de la felicidad de la juventud, qué alegría saber que los niños juegan a la pelota y hay quienes quieran que siga siendo así.
Porque el día que el talento no pueda más y las intenciones de rescatar nuestro fútbol de la crisis en la que se encuentra no se manifiesten; pocas cosas buenas encontraremos en este juego. Para ellos (los muchachos) el fútbol es más que fútbol, es la herramienta que les dio la vida para alejarse de todos los vicios de la sociedad corrupta en todos sentidos, la pelota en nuestros países latinoamericanos es realmente la defensora de los derechos humanos, muy pocas veces nos damos cuenta de eso.
Por eso rescato la labor del profesor Marlon Guerrero, admiro su dedicación y entusiasmo. Respeto muchísimo su sentimiento por las nuevas generaciones y siento muy cercana su vocación de formador. Esos son los formadores que necesitamos, los que hacen y buscan hacer.
Será hasta el otro lunes que nos leamos
Twitter: @gasparvc_
