Desgarradora carta de Adriano y revela por qué sigue viviendo en las favelas: “Bebo cada dos días y los otros días, también”
El exdelantero brasileño cuenta que en su barrio en el único lugar donde puede estar en paz.
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1 / 24El ‘Emperador’ Adriano no ha dejado en nungún momento sus raíces y confiesa, a través de una carta, que el asesinato de su padre le cambió la vida para siempre. Su lugar sigue siendo las favelas en Río de Janeiro.
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2 / 24Hace unos días se viralizaron en las redes sociales unas imágenes de Adriano en las favelas y muchos usuarios aseguraron que el exdelantero se encontraba bajo los efectos del alcohol.
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3 / 24Tras lo currido, el brasileño publicó una extensa carta en ‘The Players Tribune’ en la que habla abiertamente sobre su adicción a la bebida, la muerte de su padre y sobre su vida en Vila Cruzeiro, lugar que define como su hogar. “Una carta a mi Favela”, titula la exfigura del Inter de Milán.
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4 / 24“¿Sabes lo que se siente al ser una promesa? Lo sé. Incluso una promesa incumplida. El mayor desperdicio del fútbol: yo. Me gusta esa palabra, desperdicio. No solo por cómo suena, sino porque estoy obsesionado con desperdiciar mi vida. Estoy bien así, en un desperdicio frenético. Disfruto de este estigma”, escribe Adriano.
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5 / 24Y añade: “No me drogo, como intentan demostrar. No estoy metido en el crimen, pero, por supuesto, podría haberlo hecho. No me gusta salir de fiesta. Siempre voy al mismo lugar de mi barrio, el kiosko de Naná. Si quieres conocerme, pásate. Bebo cada dos días, sí. (Y los otros días, también)”.
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6 / 24Luego, se pregunta: “¿Cómo llega una persona como yo al punto de beber casi todos los días? No me gusta dar explicaciones a los demás. Pero aquí va una. Bebo porque no es fácil ser una promesa que sigue en deuda. Y a mi edad, las cosas empeoran”.
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7 / 24Adriano después lleva al lector a un viaje por su niñez y su barrio, Vila Cruzeiro. Habla de la muerte de su padre, sobre la primera vez que lo vio bebiendo alcohol y cómo le afectó estar lejos de su familia cuando se fue a Italia.
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8 / 24La primera vez que su padre lo vio bebiendo: “Tomé un vaso de plástico y lo llené de cerveza. Aquella espuma amarga y fina que bajaba por mi garganta por primera vez tenía un sabor especial. Un nuevo mundo de ‘diversión’ se abrió ante mí. Mi madre estaba en la fiesta y vio la escena. Se quedó callada, pero mi padre vio”.
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9 / 24“Cuando me vio con el vaso en la mano, mi padre cruzó el campo a paso apresurado de quien no puede permitirse perder el autobús. ‘Pará ahí mismo’, gritó. Corto y espeso, como siempre. Mis tías y mi madre se dieron cuenta rápidamente y trataron de calmar los ánimos antes de que la situación empeorara”.
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10 / 24“Mi madre le dijo: ‘Vamos, Mirinho (su padre), está con sus amiguitos, no va a hacer ninguna locura. Sólo está ahí riéndose, déjalo tranquilo, Adriano también está creciendo’. Pero no hubo conversación. El viejo se volvió loco. Me arrancó la taza de la mano y la tiró a la cuneta: ‘Yo no te enseñé eso’, me dijo”.
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11 / 24Sobre la muerte de su padre: “Cambió mi vida para siempre. Hasta el día de hoy, es un problema que todavía no he podido resolver. Toda la mie*** empezó aquí, en la comunidad que tanto me importa”.
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12 / 24“A mi padre le dispararon en la cabeza en una fiesta en Cruzeiro. Una bala perdida. Él no tuvo nada que ver con el desastre. La bala entró por la frente y se alojó en la nuca. Los médicos no tenían forma de sacarla. Después de eso, la vida de mi familia nunca fue la misma”.
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13 / 24“Mi padre empezó a tener convulsiones frecuentes. ¿Alguna vez has visto a una persona sufriendo una convulsión epiléptica frente a ti? No quieres verlo. Da miedo. Yo tenía 10 años cuando mataron a mi padre. Crecí viviendo con sus crisis. Mirinho nunca más pudo trabajar. La responsabilidad de llevar la casa recaía enteramente sobre mi madre”.
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14 / 24También recuerda cómo algunos de sus compañeros como Seedorf lo arroparon cuando firmó por el Inter. El neerlandés lo invitó a pasar la Navidad en su casa, pero el brasileño extrañaba demasiado a sus familiares.
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15 / 24”Me despedí rápidamente (de Seedorf) y volví a mi apartamento. Llamé a casa: ‘Hola, mamá. Feliz Navidad’. ‘¡Hijo mío! Te extraño. Feliz Navidad. Están todos aquí, el único que falta eres tú’, respondió. Se oían las risas de fondo y el sonido fuerte de los tambores que tocan mis tías. Pude ver la escena ante mí con solo escuchar el ruido por teléfono. Y comencé a llorar”.
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16 / 24“Estaba destrozado. Agarré una botella de vodka. No exagero. Bebí toda esa mie*** solo. Llené mi cu** de vodka. Lloré toda la noche. Me desmayé en el sofá porque bebí mucho y lloré. Pero eso fue todo, ¿no, hombre? ¿Qué podía hacer? Estaba en Milán por una razón. Era lo que había soñado toda mi vida”.
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17 / 24Adriano relata sobre su polémica salida del Inter y explicó cuáles son las razones por las que se encuentra cómodo en su humilde barrio.
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18 / 24“Cuando ‘escapé’ del Inter y salí de Italia, vine a esconderme aquí. Recorrí todo el complejo durante tres días. Nadie me encontró. No hay manera. Regla número uno de la favela: mantén la boca cerrada. ¿Crees que alguien me delataría? Aquí no hay ratas. La prensa italiana se volvió loca. La policía de Río hasta hizo una operación para ‘rescatarme’. Dijeron que estaba secuestrado”.
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19 / 24“Imagínate que alguien me va a hacer daño aquí... a mí, un niño de la favela. Todos me destrozaron. Me gustara o no, necesitaba la libertad. Ya no podía soportarlo más, tener que estar siempre atento a las cámaras cada vez que salía en Italia, ya fuera un periodista, un estafador, un timador o cualquier otro hijo de pu**”.
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20 / 24“En mi comunidad, no tenemos eso. Cuando estoy aquí, nadie de afuera sabe lo que estoy haciendo. No entendían por qué iba a la favela. No era por la bebida, ni por las mujeres, mucho menos por las drogas. Fue por la libertad. Fue porque tengo paz. Quería ser humano de nuevo. Esa es la maldita verdad”.
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21 / 24“Intenté hacer lo que querían. Negocié con Roberto Mancini (técnico del Inter). Después me esforcé mucho con Mourinho. Lloré en el hombro de Moratti. Pero no pude hacer lo que me pidieron. Me mantuve bien durante semanas, evité el alcohol, entrené como un caballo, pero siempre había una recaída. No podía soportarlo más”.
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22 / 24“La gente dijo muchas tonterías porque todos estaban avergonzados. ‘Vaya, Adriano dejó de ganar siete millones de euros. ¿Renunció a todo por esta mie***?’. Eso es lo que más escuché. Pero no saben por qué lo hice. Lo hice porque no estaba bien. Necesitaba mi espacio para hacer lo que quería hacer”.
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23 / 24“Ahora lo ves por ti mismo. ¿Hay algo malo en cómo pasamos el rato aquí? No. Lamento decepcionarte. Pero lo único que busco en Vila Cruzeiro es paz. Aquí camino descalzo y sin camiseta, sólo con pantalones cortos. Juego al dominó, me siento en la acera, recuerdo mis historias de infancia, escucho música, bailo con mis amigos y duermo en el suelo”.
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24 / 24Para cerrar su carta, Adriano declara que: “Veo a mi padre en cada uno de estos callejones. ¿Qué más quiero? Ni siquiera traigo mujeres aquí. Mucho menos me meto con chicas que son de mi comunidad. Porque sólo quiero estar en paz y recordar mi esencia. Por eso sigo volviendo aquí. Aquí soy verdaderamente respetado. Vila Cruzeiro no es el mejor lugar del mundo. Vila Cruzeiro es mi lugar”.