Un directivo que todavía trabaja para el PSG, cuyo nombre no fue expuesto, comentó al diario que “después de dos o tres buenas temporadas en el primer equipo, Neymar me dio la impresión de estar completamente estancado. Lleno de fútbol, lleno de dinero. Ya no tenía hambre. Tenía la motivación para viajar y jugar con Brasil, pero no para ir a Brest con el PSG”.