De lanzar unas cuantas consignas a mantener una conversación en alemán con los periodistas que han cubierto la presentación del nuevo técnico del Bayern.
Esa ha sido la diferencia entre lo que se esperaba de Pep Guardiola y lo que finalmente ha sucedido en su primer acto en Múnich.
Una vez presentado por Karl-Heinz Rummenigge y Uli Hoeness, máximos mandatarios del club bávaro, el de Santpedor tomó la palabra para dejar boquiabierto a más de uno.
Si bien inicialmente parecía que el técnico agachaba la mirada y para ayudarse de algún tipo de guión, nada más lejos de la realidad. No había papel. Solo fue una toma de impulso para demostrarle a todo el mundo que ha invertido muy bien el tiempo durante su año sabático en Nueva York.
'Buenos, días. Perdón por mi alemán, pero he estado viviendo en Nueva York y no es el lugar idóneo para aprender este idioma. Espero mejorarlo en los próximos meses. Es una suerte estar aquí, es un regalo, algo especial', comenzaba el exentrenador del Barça.
Su soltura con la lengua alemana a buen seguro habrá conquistado a los hinchas de su equipo y le habrá hecho ganarse, aún más, el respeto de los aficionados de la Bundesliga.
Incluso alguno de los periodistas locales presentes en la sala se lo agradeció antes de formularle sus preguntas.
UN ALUMNO APLICADO
Guardiola ha tenido tiempo de estudiar alemán desde que cerró su fichaje por el Bayern de Múnich. Meses en los que, según parece, ha practicado hasta cuatro horas al día.
Su misión en el club bávaro no es sencilla, pues toma los mandos de un equipo que en la última campaña ha conquistado cuatro títulos, entre ellos la Bundesliga y la Liga de Campeones.
Pero su puesta en escena ha dejado claro que si no logra triunfar, por falta de interés y esfuerzo no va a ser.
Desde hoy se puede afirmar que Pep Guardiola es capaz de expresarse correctamente en alemán, idioma que se suma al castellano y el catalán, y al italiano, que aprendió durante la recta final de su carrera como futbolista en el 'Calcio'.
