Es un micro evento pero que, a la vista de las últimas noticias de Karim Benzema, encaja perfectamente en el tema de la convulsión.
Este fin de semana, cuando el Real Madrid se enfrentaba al Getafe en un amistoso en el centro de entrenamiento de Valdebebas, en previsión de la reanudación de la Liga española este jueves 29 de diciembre, apareció por primera vez, desde hace más de tres años, el Balón de Oro francés; sin su vendaje en su mano derecha al caminar por el césped.
Este vendaje le sigue por todos los terrenos desde una lesión contraída el 13 de enero de 2019, durante un partido ante el Betis (1-2) . Benzema se fractura el dedo meñique derecho en un choque con el defensa rival Marc Bartra justo al descanso y es sustituido.
La cirugía lo mantendría alejado de los campos durante varias semanas y la Real, en ese momento, estaba mal deportivamente. Entonces se toma la decisión de prescindir de la intervención. Desde entonces, se vendó la mano en todos los partidos.
Un detalle que no parecía traerle mala suerte: desde 2019, Benzema ha tenido una serie de temporadas impresionantes, que culminaron, por supuesto, con la conquista de la decimocuarta Champions League del club y su primer oro de fútbol.
La venda de Benzema, que le rodeaba la muñeca, la mano y ahora el meñique y el anular de la mano derecha, le ha perseguido desde entonces e incluso acabó definiéndole, convirtiéndose en parte de su identidad visual.
Si no llevó su vendaje durante los entrenamientos, lo tuvo, en cambio, durante todos los partidos. Hasta la fecha no se ha dado ninguna explicación a la desaparición de este pequeño signo distintivo, quizás solo por el hecho de que se trató de un pequeño partido de entrenamiento, de apenas 60 minutos de duración.
Pero tras el anuncio de su retiro internacional, poco después de la derrota de los Blues en la final de un Mundial que no pudo disputar , se advierte un nuevo cambio en la muy observada carrera de Karim Benzema.
