Hablar de Amado Guevara es referirse a uno de los futbolistas más queridos por la afición de Motagua y la Selección de Honduras. Un capitán, líder dentro y fuera de la cancha.
Tras un larga carrera futbolística, sus huellas quedaron marcadas en diferentes terrenos de juego, pero el camino que más marcó su vida se dio en el 2011, donde se unió al mejor equipo de todo el mundo.
El “Lobo” Guevara porta el gafete de capitán y ahora no es el de la Bicolor, ni mucho menos de los clubes en los que militó en el fútbol; sino que ahora luce el del señor Jesús.
Amado Guevara y su familia ahora viven en la ciudad de Carolina del Norte, Estados Unidos, donde siguen ligados al fútbol con el Carolina Core FC, pero también lo hace compartiendo la palabra de Dios.
Guevara fue invitado a la Iglesia Union Cross de la ciudad, donde compartió su testimonio del momento en el que tomó la decisión de aceptó a Cristo Jesús como su salvador.
Al momento de subir al estrado, Guevara explicó sus principios y sus raíces familiares, donde no necesariamente fue formado en los caminos del señor Jesús.
”Vengo de una familia con un entorno católico, fui criado por mi abuela y mí mamá; a mí papá no tuve la dicha de conocerlo, pero por sobre todas las cosas me defino como un hijo de Dios y salvo por gracia”.
Con un talento futbolístico muy marcado desde su juventud, Guevara tuvo una lucha muy grande con aspectos que el mundo le presentó y los que marcador su camino.
“Desde muy joven y gracias al talento que Dios me dio, tuve la dicha de disfrutar de la carrera de jugador, donde el mundo me presentó muchas cosas”.
Y confesó que: “Era una situación delicada, el mundo a una edad joven le presenta lujos, dinero, viajes, amigos y algo que en lo personal que era fama”.
Pero como todo ser humano, el llamado del Jesús llegó a su vida para ayudarle a entender el propósito que verdaderamente tenía para él.
“En el año 2011 fiché para el equipo que nunca pierde, me uní al equipo de Cristo y anoté el mejor gol de mi vida, cuando acepté a Cristo y me bauticé”.
Amado Guevara pisó grandes estadios de fútbol y se enfrentó a grandes futbolistas, pero ahora el capi no solo dirige al Carolina FC, sino que pertenece al equipo de Cristo, el mejor de todo el mundo.
Los títulos y logros deportivos alcanzados en su carrera deportiva solo fueron un ejemplo de lo que Dios le ha permitido, pero ahora que porta el gafete de CRISTO, Guevara tiene muchos “partidos” por jugar y grandes rivales por conquistar.