En el pasado fueron tres generaciones de futbolistas que hicieron sentir orgullosos a todos los hondureños, pero de esos grupos que jugadores que viajaron tanto a Sidney, como a Beijing y a Londres, no todos lograron trascender tras jugar una justa olímpica. Algunos futbolistas desaparecieron del mapa deportivo por falta de oportunidades, otros por lesión y lo más trágico se adelantaron en el camino como es el caso de Arnold Peralta, quien fue figura catracha de Honduras en Londres, pero que fue asesinado en La Ceiba el 10 de diciembre de 2015.
El caso de Arnold Peralta es el que más ha calado porque él si pudo cosechar éxitos en el fútbol. Jugó para el Rangers de Escocia, clasificó al Mundial de Brasil de 2014 y logró ser campeón con el Olimpia en Honduras, pero corrió con mala suerte y perdió su vida en la ciudad que lo vio nacer.
Con el resto, las historias han sido distintas. Por ejemplo, de esa maravillosa generación que estuvo en Sidney 2000, donde destacaron futbolistas como David Suazo, Rambo de León, Iván Guerrero, Noel Valladares, Júnior Izaguirre, Maynor Suazo, Luis Ramírez, Danilo Turcios, entre otros, hubo uno de los integrantes de ese grupo espectacular, que no pudo trascender posterior a los Olímpicos y se trata del defensor Elmer Montoya, quien jugó un par de torneos con Motagua, pero luego desapareció. Posteriormente decidió marcharse a los Estados Unidos.
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En las olimpiadas de Beijing, el grupo que dirigió Gilberto Yearwood, es el que más abona a este listado de jugadores que han desaparecido o que no han trascendido como se esperaba. Tras los Olímpicos del 2008, poco a poco se fueron diluyendo las figuras de los siguientes jugadores:
Jefferson Bernárdez: La 'Foca', tras su salida del Motagua en el 2008, rebotó en varios clubes de primera y segunda división en Honduras, entre ellos el Deportes Savio, Hispano y el más reciente, el Parrillas One. Incluso estuvo jugando en el Petapa de Guatemala, pero tampoco pudo consolidarse. Ahora vive en los Estados Unidos.
Marvin Sánchez: Este talentooso volante pintaba para convertirse en uno de los mejores en su puesto en Honduras. Tuvo la oportunidad de brillar en Motagua, pero su paso fue fugaz y luego tuvo que conformarse con jugar en varios equipos llamados pequeños: Atlético Choloma, Hispano y Platense. También estuvo en El Salvador participando con el Municipal Limeño, pero sin tanta trascendencia.
