Liga Nacional

El cáncer le cortó una pierna, pero no los sueños a futbolista hondureño

Luis Diego Jiménez pasó de ser una promesa del Victoria a tener una lucha diaria para seguir con vida

2016-03-01

Su historia impacta. Como pocas en el mundo del fútbol de Honduras, pero desde el lado humano tiene una gran trascendencia sobre todo porque se tratabade un joven con sueños, metas, con deseos de brillar en el balompié nacional, pero el maldito cáncer ya le quitó parte de ello.

La historia de Luis Diego Jiménez, exfutbolista de la Liga Nacional y que llegó a militar en el Victoria de Héctor Vargas, comienza su dramatismo en 2014, cuando decidió abandonar La Ceiba para regresar a su natal Comayagua y enrolarse en las filas del equipo de la Liga de Ascenso que lleva el mismo nombre.

Durante un entreno sufrió molestias en su rodilla. Pensaron que eran los meniscos pero desde ese momento su mundo dio un giro total. Le detectaron una enfermedad que se llama osteosarcoma, que es cáncer en el hueso.

FOTOS: ASÍ ES LA VIDA DE LUIS DIEGO JIMÉNEZ; PERDIÓ UNA PIERNA, PERO NO LA SONRISA

'Me sometí a 30 radioterapias, más quimioterapias hasta noviembre. En ese mes me comprometí y en diciembre me casé con mi ahora esposa Benerisse Zelaya. Me revisaron, tenía una trombosis en mi pierna, la tenía muy inflamada, incluso el 31 de diciembre me tocó pasarlo en el hospital, en la tarde me sacaron para estar con la familia', comenzó a relatar.

Foto: Diez

'Hasta el 7 de enero estuve interno. A l salir de ese tratamiento, me tocó decidir si amputarme la pierna o realizar una quimioterapia más, pero era demasiado el dolor y solo me lo contenía con medicamentos, era insoportable', siguió.

Y continuó: 'Yo decidí amputarme, me estaba afectando mucho el cuerpo, el tumor que padezco se alimentaba de mi sangre, era peligroso porque ya hizo metástasis, se me había corrido al pulmón izquierdo'.

Luis Diego no se inmuta al relatar su historia, el dolor es palpable, pero el fútbol sigue siendo uno de los motivos por los que no se rinde.

'Mi pierna no se iba a sanar, mientras yo me trataba en el hospital, llegó un muchacho de 27 año con el mismo problema, él murió, no se quiso operar. A mí me dio miedo y me amputé, si era decisión de Dios, era por algo. Me cortaron la pierna, pero mi fe en Dios me mantiene vivo. Eso fue el 14 de enero', indica.

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¿Cómo le ha cambiado la vida esto?, le preguntamos. 'Al principio me costó, por las noches era difícil, no podía dormir, tenía esperanzas de volver a jugar, pero no se pudo. Los propósitos de Dios son perfectos, pero sí es muy duro. Lloraba, horrible. El fútbol me mantiene con alegría, en mi pueblo (Lejamaní, Comayagua? estoy con un equipo de cipotes, les veo potencial y eso me tiene con alegría'.

Y el duro proceso aún no termina, el cáncer sigue presente en su cuerpo y él permanece con fuerzas, aunque ha querido decaer, para seguir peleando por su vida.

'Sigo con quimioterapias, no puedo estudiar todavía. Al equipo del pueblo le pusieron mi nombre, Diego Jiménez. Hace poco visité al Oncólogo, hicieron nuevas pruebas y me salieron dos lesiones (pequeños tumores cancerígenos) en mi pulmón izquierdo. La doctora me dijo que se eliminan con quimioterapia o lo pueden sacar con una pequeña cirugía', manifestó.

Foto: Diez

Jiménez no pierde la fe, mantiene sus esperanzas de vencer a este mal y cumplir su sueño, volver a jugar fútbol, aunque sean potras con amigos.

'Llevo 14 quimioterapias en este nuevo proceso. Eso ha sido lo más difícil, los efectos son duros, salir con malestar, con vómito, naúseas, diarrea, calentura, entonces, eso me dura dos días. No tengo miedo a morir, ahorita no es mi tiempo, me falta mucho por vivir, sueños por alcanzar'.

Recién casado y con la luna de miel aún pendiente, Diego habla sobre la mujer que Dios puso en su camino, Berenisse Zelaya, su compañera de lucha y con la que espera vivir muchos años a su lado.

'Ella es muy optimista, siempre me está dando ánimos, cuando yo me caigo, me levanta. Las prótesis son demasiado caras, las más normales y sencillas valen dos mil dólares y no tengo esos fondos. Si las consigo, puedo volver a jugar, aunque sea en canchitas, por diversión. He querido buscar a alguien que me ayude', relató.

Foto: Diez

Y así, todos los días en la vida de Luis Diego Jiménez, la lucha por sobrevivir es latente, el cáncer sigue presente en su cuerpo y en su corazón y el de su familia, está la esperanza de poder de poder salir bien librado de esta batalla.