La misma cantidad de penas máximas en un encuentro de final se produjo el 16 de diciembre de 2001 en el duelo en el cual Motagua venció 3-2 a Marathón.
En aquella ocasión, el árbitro Óscar Bardales sancionó dos infracciones a favor del conjunto azul y una para la escuadra sampedrana.
Al final, el Motagua se iba a coronar campeón del fútbol hondureño. En esta serie de final entre motagüenses y olimpistas se pitaron igual, tres penales, pero solamente se anotó uno (Anthony Lozano por Olimpia).