No Todo es Futbol

Honduras tiene 750 km de arena y sin fútbol playa: “No existe ayuda para organizarnos; armamos partidos y apostamos un refresco”

A pesar de que muchos jóvenes lo juegan en forma amateur, Honduras no tiene liga ni selección. Las diferencias con El Salvador y otros de la región son abismales

2022-03-17

Tegucigalpa, Honduras. Con el calor de la arena abrasando sus pies, muchos jóvenes encuentran en los litorales el ocaso de un día ajetreado; mientras ríen y patean el balón, los encuentros futbolísticos gritan que a orillas del mar existe un potencial semillero deportivo para la modalidad atlética olvidada en Honduras: el fútbol playa.

Según el exsubsecretario de Turismo, Selvin Barralaga, Honduras posee 750 kilómetros de playa, lo que posiciona al país en cuarto lugar en Centroamérica, superado por Nicaragua (939), Costa Rica (1,228) y Panamá (3,000).

Si consideramos que una cancha para esta disciplina requiere de 35 metros de largo y de 26 metros de ancho, se revela que se necesita una cantidad ínfima de arena para la práctica de este deporte. Pero si el espacio no es el problema, entonces ¿qué mantiene a Honduras tan atrasada en este deporte?

La interrogante fue planteada a Luis Ramírez, nativo de la aldea Corozal (La Ceiba). Él y sus amigos asisten religiosamente a la playa. Crecieron ahí y desarrollaron la resistencia para disfrutar de esta pasión. Sin ayuda del gobierno municipal ni de la Fenafuth, intentan -cuesta arriba- destacar esta disciplina.

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Se juega por hobby

“En 2008 realizaron un torneo playa, fue interbarrios y no lo volvieron a hacer. En la comunidad jugamos para relajarnos. El problema es que aquí (en el país) solo apoyan el fútbol 11, cuando la costa tiene potencial, mucha gente llega a jugar. Tenemos equipos (amateurs), pero el problema es que no existe ayuda para organizarnos”, argumentó.

Para Ramírez, incentivos como implementos deportivos (arcos, balones y uniformes) podrían hacer la diferencia. “Nosotros armamos partidos y apostamos un refresco; si nos ayudaran a armar un campeonato formal y dar un premio de mil lempiras, por ejemplo, se marcaría una diferencia. No se requiere mucho”, clamó.

Otro nativo que sueña con la arena es Quelver Martínez, miembro del patronato de Corozal, quien estima que en su comunidad más de un centenar de jóvenes, que se dedican a la pesca, construcción, estudios y otras actividades, añoran convertirse en futbolistas, pero nunca han recibido respaldo.

A años luz de El Salvador

Futbolistas reconocidos como Arnaldo Urbina, Júnior Lacayo, Carlos Bernárdez y Darixon Vuelto son oriundos de la comunidad garífuna de Sambo Creek, tierras con mucha disposición para practicar fútbol playa.

Así como lo evidencian estos apasionados de los goles en la arena, tanto las autoridades gubernamentales como las deportivas han visto con desdén un deporte en el que Honduras está en la cola de la región. Nunca ha habido selección, no hay liga, no hay estadios y no se ven indicios de empezar a recobrar el terreno perdido para salir del pasmoso estancamiento.

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Selección de fútbol playa en El Salvador. Foto cortesía

Los muy minúsculos esfuerzos, como un torneo en La Ceiba en 2016 o el curso de entrenadores en Tela en 2018, solo han sido intentos fallidos que no tuvieron continuidad.

Mientras Ramírez y Martínez exponen su pesar por la falta de apoyo, los vecinos de El Salvador viven la cuenta regresiva para convertirse, entre el 14 y 16 de abril, en sede del torneo El Salvador Beach Soccer Cup 2022. De acuerdo al presidente ad honórem del Instituto Nacional de los Deportes de El Salvador (INDES), Yamil Bukele, hasta la nación cuscatleca llegarán selecciones masculinas como Alemania, México y Uruguay; mientras que en femenino estarán combinados como los de Estados Unidos, Bahamas y Argentina.

A pesar de ser el país centroamericano con menos playa (alrededor de 321 kilómetros de línea costera), los cuscatlecos son una potencia en la región y están años luz por adelante de Honduras. Sus cinco participaciones mundialistas, su cuarto lugar en la Copa del Mundo de 2011, sus tres títulos de Concacaf y sus torneos domésticos oficiales así lo dejan claro.

Emparejados con Nicaragua

Por su parte, en Costa Rica, la Asociación Deportiva de Fútbol Playa (Adefupla) fue constituida el 11 de noviembre de 1999 y actualmente los ticos tienen la Liga Lifupla, que está afiliada a la Federación Costarricense de Fútbol. En 2003 se formó su selección y ya han jugado dos copas del mundo. Panamá igualmente viene despegando. Fue campeón de Concacaf en 2017 y ese mismo año se estrenó en mundiales con su participación en Bahamas.

Son veinte las selecciones que han participado en los premundiales de la Concacaf y solo Honduras junto a Nicaragua son las únicas que no han estado presente en ninguna edición... Y aún siguen sin selección ni liga.

No hay duda que los catrachos, al igual que los nicaragüenses, son los más rezagados de Centroamérica. Mientras esta disciplina cada día gana más preponderancia en el mundo, la arena hondureña luce sedienta de interés ante el disimulo de los responsables de impulsar este deporte.