Juega para el Gimnástico de la Liga de Ascenso. Es delantero y tiene buenas condiciones. Lo interesante de su historia es que también es un experto en la cocina. Su especialidad son las empanadas, las cuales vende para ayudar en el sustento de su familia.
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Su humildad y ganas de salir adelante lo han motivado para realizar esta actividad. No tiene pena.
“Mi abuela me invitó a que me viniera a vivir a Tegucigalpa y llegué muy ilusionado. Después de seis años he tenido un avance grandísimo, he sido una persona bendecida, Dios ha sido el centro de mi vida”, dijo Oliva.
Pero no todo fue color de rosa tras su llegada a la capital y fue cuando todo comenzó a cambiar su vida. “Fue muy triste, estuve a punto de irme de Tegucigalpa, recuerdo que mis pastores me invitaron a un encuentro en San Pedro Sula y mi abuela me dijo que si decidía seguir a Dios, que buscara donde vivir, me dolió mucho, pero decidí continuar con lo que dictaba mi corazón”, recordó Oliva.
Después de su regreso del encuentro religioso el delantero del Gimnástico recuerda que tuvo que vivir muchas cosas adversas. “No tenía dónde dormir, muchas veces en la calle sin tener que comer, pero luego alquilé un cuarto donde solo tenía un cartón que me servía de cama y una cobija”, comentó con su voz quebrantada.
DELICIOSAS EMPANADAS
Hace dos años aproximadamente, German Oliva tuvo la idea de ganarse un poco de dinero y así ayudar a su madre Gery Ramírez, que se encuentra en su natal Sambo Creek y es cuando decidió hacer empanadas para vender.
“Después del fútbol la cocina es mi segunda pasión, porque de esto vivo, puedo ayudarle a mi familia, es lo que Dios ha puesto en mi camino para hacerlo”, indicó Oliva.
Y agregó: “Las empanadas son de pollo y las vendo a 10 lempiras, me tardo unas tres horas en hacerlas, desde que las amaso y luego las pongo a freír. Después me voy a venderlas”.
Tras dos años de vender su producto, ahora todos lo conocen por su perseverancia y le compran por grandes cantidades porque son de las mejores de la capital, según él. “Las vendo en la Kennedy, Las Palmas, el Infop, y a veces en Villanueva, me tardo de dos a tres horas en venderlas todas, me voy a entrenar, llevo una parte porque mis compañeros me ayudan bastante”, aseguró Oliva.
LA TABLA DE POSICIONES DE LAS ZONAS CENTRO-SUR Y NOROCCIDENTAL
“Últimamente en la Kennedy parezco político, mucha gente me quiere y me apoya, siempre me piden sopas marineras, chuletas, baleadas, pasteles, mucha variedad de comida”, cerró.
Todas las tardes German Oliva sale a las 2:00 de la tarde de su cuarto para gritar por las calles de Tegucigalpa: “Quieren empanadas, van las empanadas...”.
SU SUEÑO
German Oliva tiene 23 años de edad, de los cuales seis los ha hecho jugando para el Gimnástico de la segunda división de Tegucigalpa. “Queremos lograr grandes cosas en el Gimnástico, esperamos ganar el título que nos permita pelear el ascenso con el Social Sol”, aseguró.
Uno de los sueños que tiene en el fútbol es: “Quiero sudar la camisa del Vida, es mi mayor sueño colocarme la elástica de mi equipo y espero lograrlo”, cerró.